La ceremonia de pesaje previa a la pelea entre Canelo y Fielding concluyó con un mensaje claro del boxeador mexicano a sus compatriotas: «Gracias por venir, ojalá mañana sea una gran noche, y feliz navidad a todos».
Y es que parece que Saúl «Canelo» Álvarez quiere adelantar la Navidad a este sábado cuando enfrente en el Madison Square Garden al campeón de peso supermediano de la AMB, el inglés Michael «Rocky» Fielding y brindarle a sus fieles seguidores de la Gran Manzana una victoria contundente para cerrar un año mágico en su carrera.
Cerca de 1,000 personas se reunieron al mediodía del viernes para presenciar el pesaje de los boxeadores que formarán la cartelera del sábado noche en el Madison Square Garden. De la misma se cayeron a última hora David Lemieux, quien debía enfrentar a Tureano Johnson en el respaldo, por tener problemas para llegar al peso necesario, y Vergil Ortiz, que no pasó los exámenes médicos de la Comisión Atlética del estado de Nueva York.
Álvarez era sin duda el gran reclamo de una afición mayoritariamente mexicana que no dudó en abuchear cuando el DJ pidió que se aplaudiera la entrada de su oponente en la noche del sábado, el inglés Michael «Rocky» Fielding.
El público pudo también aplaudir a Victor Fonseca, mexicano que abrirá la velada boxística ante Bilal Akkawy, y a Ryan García, el peso ligero junior que hace unos meses se apuntó a las filas del entrenador del Canelo, Eddie Reynoso.
García fue justamente uno de los pocos boxeadores que le puso pimienta a una ceremonia de pesaje bastante fría y sin las típicas bravuconadas de los peleadores el día antes de los combates.
Excepto en el caso de este joven de 20 años, con récord impoluto de 16 victorias y ninguna derrota, 13 por la vía rápida, pues su oponente, el dominicano Braulio Rodríguez, tenía ganas de robarse el show.
Primero, se presentó con unos calzoncillos de colores de lo más llamativo. Mientras libraba la báscula no dejó de gesticular y pedir los aplausos del público, y cuando le tocó ponerse frente a frente con García, el dominicano no perdió la oportunidad de recordarle que iba a acabar con él e incluso le empujó violentamente, antes de que le detuvieran su equipo y la seguridad del evento.
Ryan García no se vino abajo, y frente a las cámaras de DAZN dijo: «No sé cual es su problema, pero seguro que es algún trauma que tiene desde chiquito… Si de verdad es tan hombre, que lo demuestre mañana sobre el ring».
La ceremonia fue amenizada por el Mariachi Real de México, que hicieron las delicias del público hasta que Michael Buffer dijo, en un casi perfecto español: «Señoras y señores, desde Guadalajara, Jalisco…» Los aficionados del Canelo le brindaron una gran ovación a su ídolo, con lo que el peleador volvió a sentir el calor que mañana le acompañará durante su combate en la Meca del Boxeo.
Canelo y Fielding se mostraron una vez más de lo más amables el uno con el otro y no hubo el más mínimo atisbo de altercado que pudiera superar el gran respeto que se han profesado mutuamente desde que se anunciara la pelea.
Ninguno de los dos tuvo problemas para librar la báscula, registrando los dos unas onzas por encima de las 167 libras.
Después se retiraron para comer, hidratarse y descansar, pues lo bueno de verdad, el espectáculo, será este sábado por la noche cuando los peleadores suban al ring de la pista central del Madison Square Garden a las 22:30 de la noche.