Manto Guadalupano ha sobrevivido a atentados al pasar de los años

Durante sus 487 años de existencia, el manto de Santa María de Guadalupe ha sobrevivido a algunas adversidades, donde destacan tres situaciones específicas, de las cuales ha salido prácticamente intacto.

Quizá el momento más preocupante se vivió el 14 de noviembre de 1921, cuando el ayate de la Morenita del Tepeyac, estaba expuesto en la antigua basílica.

Un activista anticlerical que pertenecía a un grupo de trabajadores que visitaba el recinto, depositó un ramo de flores que encubría una bomba de dinamita, la cual explotó a los pies de la Virgen de Guadalupe, causando daños en el mármol, el piso y en paredes a 150 metros de distancia.

A pesar de que hubo destrozos, gracias a un milagro, la tilma quedó intacta, relata a un Diario de circulación nacional, el padre Juan Castillo, canónigo de la Basílica de Guadalupe.

Se habla de que hubo un milagro. Cuando  empezó la imposición de la constitución de 1917 que fue muy anticlerical y por lo tanto se quiso arrasar con la fe católica, no se aceptaba que nosotros los católicos profesáramos nuestra fe.

Fue el 14 de noviembre de 1921, a las 10:30 de la mañana, cuando un trabajador que venía en una peregrinación llegó ante el altar que estaba en la antigua basílica y dejó un ramo  de flores y en ese ramo de flores llevaba una bomba que explotó de manera estrepitosa y lamentablemente hubo muchos destrozos, pero la  imagen de la Virgen de Guadalupe quedó intacta”, señaló el prelado.

Otro momento, que destaca el fervor católico, es que después del atentado, se temía que el manto pudiera ser destruido durante la Guerra Cristera, por lo cual, la jerarquía católica decidió cambiar la imagen original por una copia.

Entonces, en 1926, bajo el resguardo de los feligreses, se ocultó el ayate en un baúl, dentro de un ropero de una casa particular para evitar su posible destrucción.

En dicho lugar, que pocos conocieron su ubicación, estuvo escondido el manto Guadalupano hasta que terminó la persecución religiosa.

Después del atentado con la bomba, se buscó poner una réplica. Se guardó la imagen en una casa, en un cofre muy bien resguardado y con todos los cuidados.

Posteriormente la misma imagen original regresó. Está bien documentado la manera en que regresó y aquí está desde 1976, en la Basílica de Guadalupe porque cuando se vivió la guerra cristera sí se tenía miedo que se pudiera destruir la imagen y se conservó gracias a Dios”, señaló el canónigo Juan Castillo.

Antes, en 1785, un trabajador limpiaba el marco del manto de Santa María de Guadalupe, cuando accidentalmente derramó ácido muriático sobre el ayate, hecho de fibra de maguey.

A pesar de que el solvente cayó sobre gran parte de la imagen Guadalupana, en lugar de haberse corroído, se auto-restauró al paso de 30 días. Actualmente, la tilma permanece intacta con solo unas pequeñas manchas que no afectan la imagen de la Emperatriz de América.

En ese incidente en el cual cayó ácido en la imagen, no le pasó nada, porque se sigue manteniendo intacta. Así que existen muchos elementos que nos dicen que está la presencia de Dios y que nuestra madre la Virgen de Guadalupe, quiere seguir con nosotros.

Con su imagen bien cuidada en una bóveda de cristal aquí en la Basílica de Guadalupe, pero sobretodo cuidada por el amor que le profesamos”, señaló el Padre Juan Castillo, Canónigo de la Basílica de Guadalupe.