Chelsea derrotó al Manchester City

Según aumentó el chaparrón de agua en Stamford Bridge, más se empantanó un Manchester City que fue de más a menos y que se dejó el liderato y la condición de invicto de la Premier en la telaraña de Maurizio Sarri y su Chelsea (2-0).
Los Blues aguantaron el asedio en los primeros 45 minutos del City y se adelantaron antes del descanso, quizás cuando menos lo merecían, con un gol de N’golo Kanté, aprovechando uno de los pocos resquicios que permiten los de Pep Guardiola. La sentencia llegó a balón parado gracias a un muy inteligente cabezazo de David Luiz. El partido destacó desde el primer momento por el planteamiento de ambos conjuntos. Sarri y Guardiola salieron a por el balón y priorizaron el cuero antes que los delanteros. Ni un solo ‘nueve’ puro saltó en los onces iniciales. Guardiola no pudo contar con Sergio Agüero y dejó a Gabriel Jesús en el banco. Sarri sentó a Olivier Giroud y no convocó a Morata, quien aparentemente estaba disponible.
La lucha por la posesión, no tardó en amarrarla el estratega español. El City diluyó la presión en bloque alto del Chelsea y lo sometió a placer.
Pero el dominio territorial y asfixiante apenas se transformó en grandes ocasiones. Las que tuvo, el City no las aprovechó. No lo hizo primero Raheem Sterling, tras un centro de David Silva, y su disparo mordido lo atrapó Kepa.
Tampoco lo hizo Sané pasada la media hora, cuando el asedio ‘Cityzen’ era mayor. Su remate, tras un baile categórico de Sterling sobre la línea de fondo a Marcos Alonso, lo tuvo que rechazar Azpilicueta cuando ya se colaba.
Mientras las aficiones se mandaban recados con la del City rememorando su condición de campeón y la del Chelsea recordándoles que «nunca serán campeones de Europa», el conjunto de Sarri esperó agazapado a que la tormenta parase arropado por la impecable actuación de Kepa.
Cuando asomaba el descanso y el Chelsea parecía conformarse con ello, los londinenses armaron una contra. Pedro encontró a Willian dentro del área con un pase en largo. Su centro, lo rechazó la defensa celeste.
El balón llovido del cielo se posó en Marcos Alonso que, en lugar de buscar el disparo, entregó el cuero a Hazard en el área.
El belga escondió la bola y aguardó la llegada desde atrás de Kanté, quien, con el alma, fusiló a Ederson. Quizás no era justo, pero el Chelsea se encontró casi sin merecerlo con la victoria en sus manos.