Deontay Wilder escapó del Staples Center con un empate dividido ante Tyson Fury para mantener su cinturón de campeón en un encuentro que resultó ser mejor de lo esperado y que, quizá, fue definido en el asalto final.
Las tarjetas fueron 115-111 a favor de Wilder, 114-110 a favor de Fury, mientras la tecera entregó 113-113. La pelea se mantuvo interesante y sin definición hasta casi el final, cuando Wilder derribó a Fury por segunda ocasión con una combinación de derecha e izquierda que bien pudo terminar el combate con poco más de un minuto en el decimosegundo asalto. El inglés, sin embargo, se levantó y terminó el round atacando a Wilder con izquierdas que lo movieron.
El encuentro fue un espectáculo desde el principio, con la entrada colorida de ambos púgiles que incluyó a los aficionados ingleses coreando la canción de entrada de Fury, así como fuegos artificiales y una interpretación en vivo de J Rock, quien entró junto a Wilder.
Tyson Fury parecía tener amarrada la victoria, pero Deontay Wilder agotó sus últimas energías al final para provocar el empate.
El estadounidense fue el primero en atacar apenas comenzado el combate, lanzándose con rectos de derecha que falló ante el llamado “Gipsy King”, quien se mantuvo en movimiento y lanzando su jab y, en ocasiones, bajando las manos para incitar a Wilder.
Por su lado, Fury cerró el primer giro con largo recto de derecha que movió al campeón hacia las sogas antes de lanzar una izquierda que aterrizó limpiamente en la cara de Wilder.
El segundo asalto fue llevado por Fury con su jab, aunque dos fuertes rectos de Wilder fueron los golpes más certeros del giro, en el que el titular se vio completamente en búsqueda de un golpe que acabara el combate.