El Salón de la Fama espera a Wilfredo Vázquez

  • Wilfredo Vázquez es una gloria del boxeo boricua.

El triple campeón mundial Wilfredo Vázquez es una gloria del boxeo boricua. Logró consagrarse en tres divisiones diferentes protagonizando batallas memorables en un momento majestuoso del boxeo universal. Todos sabemos que más tarde o más temprano veremos su nombre exaltado en el Salón de la Fama. Nadie duda que ocurrirá, pero, la única pregunta es, ¿cuándo?

A todos nos impacienta esa demora y lo incluimos en una selecta nómina de campeones hasta hoy olvidados por Canastota. Sin embargo, al propio interesado todo eso parece que lo tiene sin cuidado. Fue la razón de la entrevista y también mi primera pregunta: el Salón de la Fama. Por su sonrisa, interpreté una respuesta gestual: “Si llega bien y si no también” pareció decirme Wilfredo.

El 23 de agosto 1997, Wilfredo Vazquez celebra luego de defender exitosamente su cetro pluma AMB ante el colombiano Roque Cassiani en el Madison Square Garden de Nueva York.

Para el triple monarca boricua, hay cosas aún más importantes por las que desea ser recordado por las futuras generaciones. “Quiero que me recuerden como una persona humilde, como una persona de caserío, una persona de pueblo y una persona alegre”, confesó.

Sin que haya que esperar por el futuro, Vázquez ya es reconocido de esa manera, como también lo es como forjador de campeones y padre de familia. Algo que constatamos ni bien llegamos a entrevistarlo.

Para llegar al hogar de los Vázquez en Bayamón, hay que cruzar el gran San Juan y remontar la carretera PR-167 hasta una de sus últimas cuestas en su viaje hacia la zona rural de la Isla. En una calle tranquila, de una urbanización tranquila, vive toda la familia Vázquez.

A Wilfredo lo encontramos lejos del boxeo y en medio de una de esas agradables “tareas familiares voluntarias”: cortaba el césped en la residencia de su hijo mayor, otro ex campeón, Wilfredo “Papito” Vázquez Jr.

Su otro hijo, también boxeador, es Israel. “El Heredero”, como es apodado, cargaba en brazos a su pequeño, Wilfredo 3, que además de llevar el boxeo en la sangre a su temprana edad también carga el sueño de su abuelo: “verlo un día campeón mundial”

“Si también decide dedicarse al boxeo, podría darse un hecho histórico muy difícil de igualar, tres generaciones de una familia, con el mismo nombre, campeones mundiales”, dijo Wilfredo. “Es un sueño y ojalá Dios me de vida para verlo algún día”.

Mientras nosotros esperamos para verlo en el Salón de la Fama, Vázquez sueña con ver su nieto campeón mundial y se mantiene activo trabajando por el boxeo, especialmente en el gimnasio municipal de Bayamón.

“Estoy asesorando y ayudando a nuevos boxeadores, hay mucho talento joven, de buenas condiciones, muchos que ya fueron aficionados, luego olímpicos y ahora peleando como profesionales con muchas posibilidades de futuro”, dijo. Wilfredo Vázquez también se involucra en causas sociales y no ahorró elogios al trabajo que se ha venido cumpliendo en ese sentido en todo Puerto Rico.

“Desde hace diez o quince años se ha hecho un buen trabajo en las cárceles, yo he participado dando clases a los reclusos y es lo mejor que puede hacer el sistema para ayudar a reinsertar a esos jóvenes en la sociedad mediante el boxeo”, sostuvo.

En una conversación con Wilfredo es inevitable el viaje a su mejor pasado. Y en ese pasado hay dos aspectos que resaltan en su biografía: la razón para dedicarse al boxeo profesional y la evolución de su carrera que lo llevó a consagrarse como campeón mundial Gallo, Súper Gallo y Pluma entre 1987 y 1998.