Encuentran submarino argentino desaparecido hace un año con 44 tripulantes a bordo

  • El Ministerio de Defensa y la Armada Argentina confirmaron este viernes que encontraron el ARA San Juan, el submarino que desapareció hace un año cuando volvía por el Atlántico Sur desde Ushuaia a Mar del Plata.

Las autoridades argentinas informaron a través de Twitter que la búsqueda científica de una empresa privada –que solo les iba a cobrar si lo encontraba– resultó en el hallazgo del submarino del que perdieron el rastro con 44 tripulantes a bordo en noviembre pasado. Los resos de la tripulación aún permanecen en el fondo del mar.

Según informó la compañía estadounidense Ocean Infitiny, que cobrará 7.5 millones de dólares por su labor de encontrarlo, el submarino estaba localizado a 800 metros de profundidad, a unos 600 kilómetros de Comodoro Rivadavia, donde se había montado el centro de operaciones durante la búsqueda, de acuerdo con el reporte del diario La Nación de Argentina.

Aunque en su momento España, Chile, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Colombia, Uruguay, Perú y otros países enviaron personal y material para sumarse a los aviones y barcos argentinos que rastreaban la zona donde fue localizado por última vez, ese operativo no dio resultados. Pero los familiares insistieron que se regresara a esa misma área para seguir buscando.

«Para la búsqueda trajeron la última tecnología disponible en el mundo. Fueron cinco los vehículos submarinos autónomos (AUV) con los que se mapearon casi 7,000 kilómetros cuadrados de lecho marino», explica el mismo diario y agrega que el equipo privado de búsqueda estaba conformado por 40 integrantes de la empresa, entre marinos y técnicos, más cuatro veedores de los familiares y tres del Estado.

Tras haber cumplido con su parte la compañía, ahora le corresponde al gobierno argentino evaluar la posibilidad de recuperar el submarino con los 44 tripulantes que están en el fondo del mar.

¿Qué le pasó al submarino?

La última comunicación con el submarino argentino ARA San Juan antes de darlo por perdido fue en la mañana del miércoles 15 de noviembre, cuando regresaba de Ushuaia al Mar del Plata. Se encontraba a 240 millas náuticas (unos 430 km) del Golfo San Jorge.

Era un modelo TR-1700 de propulsión convencional (diésel-eléctrica) fabricado en Alemania (por Thyssen Nordseewerke). La embarcación podía alcanzar profundidades de hasta 250 metros y tenía 35 años de antigüedad. Poseía una autonomía de siete días con sus noches en inmersión antes de tener que regresar a superficie por más oxígeno.

El vocero de la Armada Gabriel Galeazzi informó que ese día el capitán había reportado «un principio de avería» en el sistema de baterías. Por ese motivo, le indicaron que cambiara el rumbo y volviera a Mar del Plata.

El submarino ARA San Juan desapareció al borde de un abismo de 6,200 metros de profundidad

De acuerdo a los resultados de la reciente investigación que por fin dio con su paradero, todo se produjo por un incendio en el tanque de baterías ubicado en la proa. «El incidente habría sido provocado por la entrada de agua a través del snorkel», según el reporte. «El incendio obligó a que el ARA San Juan saliera a superficie, de noche, y en medio de una tormenta. Controlar ese incidente, sacar el humo y el hidrógeno podría haber llevado horas, en la oscuridad y con clima hostil».

Según los documentos entregados por los expertos a cargo del nuevo operativo, la situación se pudo controlar tal vez de manera parcial, pero luego se decidió ir a inmersión para navegar hacia el destino final mientras se intentaban reparar los daños. Pero según creen, la tripulación estaba muy cansada por haber estado tratando de resolver la situación toda la noche, aunque no lo hayan dicho en su última comunicación.

El ARA San Juan había informado de un cortocircuito y el inicio de un incendio en las baterías, pero no reportó entonces ninguna emergencia. Esa fue la última comunicación, cuando navegaba frente al Golfo San Jorge, a 248 millas de la costa argentina, y siguiendo una ruta que bordeaba un talud continental con una profundidad máxima de 6,200 metros.

La explicación que dan es que entonces se habría reavivado el incendio o desatado uno nuevo y estando a oscuras y cansados, la nueva explosión podría haber causado el descontrol.

«Ante esa situación, se perdió o se vio afectado el ‘sistema de gobierno’ de la embarcación, que se habría ido hasta el fondo.

A estas alturas, los tripulantes ya habrían tomado conciencia de su destino final. Cabe destacar que, a la hora de salir a superficie, no se tiene en cuenta la profundidad del mar en ese sector porque no se imaginaba que pudiera ocurrir una falla que dejara al submarino sin control», expone el diario argentino.

La conclusión de la investigación privada es que la explosión que se detectó se trató fue de una implosión.