Despiden en Universidad de Guadalajara a Fernando del Paso

  • El Paraninfo de la Universidad de Guadalajara con alfombra roja recibió por última vez a su consentido, el maestro Fernando del Paso

Poco después de la 1 de la tarde, arribó la carroza. Antes de ingresar al centenario recinto, una bandera de la UdeG envolvió el féretro de caoba. El maestro descansaba en su interior, vistiendo impecable, como siempre. Un traje color azul vivo. Su esencia acariciaba a los asistentes, cada uno abrazaba su propio recuerdo, alabando la generosidad, inteligencia y humor. El respeto por el maestro envolvió el pretórico auditorio y su energía se transformó en un estruendoso y largo aplauso.

Una guardia de honor oficial, autoridades de la Cultura en México, el gobierno estatal y la casa de estudios.

El rector agradeció la luz de su inteligencia que no se irá del todo, pues quedó una semilla plantada en los jóvenes privilegiados. Su voz se entrecortó.

“Nunca seremos mañana los mismos de hoy. La vida se nos escapa imitándonos a nosotros mismos y tratando como Kafka de solucionar el enigma de nuestra propia identidad. Hasta siempre compañero, amigo…(aplausos)”

Hubo siete guardias de honor. Los escritores fueron representados en voz por Carmen Villoro, entrañable amiga de la familia Del Paso.

“Tu figura de caballero flor en la memoria, tu figura de maestro galaxia, de mago irreverente, de alto señor de la palabra… Cumpliste tu ciclo humano, cediendo ahora  el sitio a tu palabra. Tu palabra se inserta en otros ciclos, más amplios, ignorados, inéditos. Feliz viaje, amigo de todos nosotros”

En el Diario Oficial el 15 de noviembre de 2018 queda decretado como día de duelo. Siempre es doloroso despedir a un amigo.

“La fortuna que haya escogido Guadalajara y nuestra universidad como el lugar para vivir y desde el cual observó el desarrollo de su México. Desde aquí fue un duro crítico en contra de la intolerancia… Guadalajara te seguirá apapachando, querido Fernando, porque tú apapachaste a Guadalajara muchos de los últimos años de tu vida. Para nosotros ante la oportunidad, tú escogiste ser tapatío y nosotros te adoptamos así por la eternidad”.

El momento más emotivo llegó de la mano de la familia, esa que lo amó hasta el universo y de regreso. La obra predominó en voces y sentimientos. Su hija Adriana explicó cuando Fernando del Paso decide vivir en Guadalajara y enseñar en la UdeG. Paulina abrazaba su libro, leyó un pasaje de Palinuro de México, la novela favorita de su padre. Esa historia del estudiante de medicina que le trajo el Premio Rómulo Gallegos. Alejandro, un poema. Y Tonatiuh su sobrino nieto conmovió al auditorio llamándolo “super abuelo”. Evidenció que del Paso jamás morirá entre las nuevas generaciones. Sacó su teléfono inteligente y leyó un texto del abuelo adaptado en su honor.