¿Cómo y cuándo debemos entrenar la mente?

Si bien hay mucha gente que corre por les puro placer de hacerlo, muchos de nosotros entrenamos para poner a prueba nuestros límites. Generalmente lo hacemos compitiendo en algunas carreras o haciendo varios entrenamientos que nos preparan para ese momento.

La preparación para una carrera es clave. Cierto, hay algunas personas aventureras que se avientan a una carrera sin haber entrenado para ello (he hecho eso alguna vez y la sufrí mucho!) pero la realidad para muchos de nosotros es que pasamos una buena cantidad de nuestra vida entrenando, comiendo, durmiendo y tratando de prepararnos para ese momento. Para el “show time”.

Piensa en el maratón de Boston por ejemplo. «El padre de todos los maratones». Conozco a personas cuyo propósito de vida se ha convertido en calificar para él y algunos otros que ya lo han hecho. Pasan meses entrenando para ello. Gastan una buena cantidad de dinero tanto para llegar allí como en su nutrición, su equipo de entrenamiento (tenis, ropa, artículos que utilizamos al correr) e incluso en el acto mismo de entrenar (honorarios a entrenador, cuotas del gimnasio, etc). Pero cuando se trata de la carrera real la mayor parte del tiempo los errores que cometemos, los resultados que no obtenemos, no son debido a la falta de preparación física, sino más bien debido a la falta de entrenamiento mental. Nervios, estrés, ansiedad, falta de confianza en nuestras habilidades, falta de confianza en nuestro entrenamiento. O porque nuestra mente no está entrenada para el momento en que duele, cuando estamos cansados, cuando queremos echarnos para atrás.

Cuando le pregunto a la gente cuánto tiempo dedican a entrenar a sus cuerpos, el resultado es siempre un gran número. Cuando le pregunto cuánto tiempo dedican a entrenar a sus mentes el resultado es casi siempre es cero. Irónico que entrenamos nuestro cuerpo y es nuestra mente la que necesita ser entrenada para el momento real de ejecutar, Cierto?. Después de todo, es la fuerza mental lo que diferencia a los buenos de los excelentes.

Siempre. Cada vez que estamos entrenando. Cada vez que estamos pensando en nuestro deporte es una buena oportunidad para entrenar nuestra mente.

Hay varias formas de hacer esto. Voy a enumerar aquí los que considero clave:

1 Establecimiento de metas: Establecer metas desafiantes pero realistas es la clave para mantener la motivación. Si no sabes a dónde vas, nunca llegarás.

El problema con la fijación de objetivos es que la mayor parte del tiempo nos fijamos metas de una manera que en lugar de ayudarnos puede ponerse en el camino de nuestro rendimiento. Para esto es muy importante establecer metas de proceso y de desempeño (cosas que están bajo tu control) en lugar de establecer sólo metas de resultados (resultados, tiempo o lugar que están fuera de su control).

Establece metas positivas y establece metas para cada entrenamiento (las cosas que quieres mejorar o centrarte en) y para la carrera en si (de nuevo, que están bajo tu control como establecer el ritmo al principio, mantener tu enfoque en una cosa específica o mantra, etc )

2 Observa tus pensamientos: Siempre estamos pensando pero no siempre somos conscientes de lo que estamos pensando. Esto podría ser un problema, ya que la mayoría de nosotros tendemos a tener los mismos pensamientos una y otra vez y, la mayoría de las veces, estos pensamientos no nos pertenecen. A que me refiero? A que la mayoría de ellos nos los han dado mientras estábamos creciendo (piensa en lo que tus padres, maestros, amigos, sociedad te dijeron: «el dinero no crece en los árboles», «realmente no tienes el gen atlético «,» Si fulano y mengano no han sido capaces de hacerlo que te hace pensar que tu puedes hacerlo? «, etc).

Darnos cuenta de nuestros pensamientos es muy importante porque esto nos dará una pista sobre lo que pensamos acerca de nosotros mismos. No podemos cambiar lo que creemos acerca de nosotros mismos si no sabemos lo que es.

Presta atención a lo que estás pensando cuando las cosas son difíciles, cuando estás en medio de un entrenamiento muy duro. ¿En qué piensas?

3 Conversación con uno mismo: Después de notar tus pensamientos, presta atención a lo que te estás diciendo a tí mismo. Esto es muy importante. Recuerdo el momento en que me di cuenta de lo que me estaba diciendo a mí misma como atleta: yo estaba enmedio de un entrenamiento de natación y me dolía mucho el cuerpo por el esfuerzo. Me di cuenta de que estaba pensando «esto duele, es muy difícil, mejor baja el ritmo”, recuerdo escuchar una voz interior que me decía»es sólo un entrenamiento, bájale porque todavía tienes otras repeticiones que hacer y no vas a ser capaz de terminar si sigues empujando asi”. Recuerdo que lo noté. Fue la primer vez que me di cuenta lo que me estaba diciendo a mi misma!!!!  y eso hizo una gran diferencia en mi vida. Aprendí a escuchar la voz en mi cabeza y a cambiar mi charla interior a «me duele, eso significa que estoy dando mi 100%. Sigue empujando, así es como aprendes a ser mejor y a tolerar y superar la incomodidad”; “Preocúpate del próximo set de repeticiones cuando estás en el siguiente set, ahora mismo es solo un paso a la vez».

Aún presto mucha atención a mi charla interna todos los días. No sólo cuando entreno o tengo una carrera, sino en mi vida cotidiana. A veces me doy cuenta de que estoy siendo amable conmigo misma ya veces me doy cuenta de que soy muy dura conmigo («wow Tere, te ves tan vieja!»).

Prestar atención a lo que nos decimos a nosotros mismos nos permite la oportunidad de cambiar nuestro discurso (sobre too aquel en donde somos duros con nosotros) por uno más amoroso, compasivo, y nos permite ir mas profundo y empujar fuera de nuestra zona de confort cuando entrenamos.

4 Aprender a tolerar el “dolor” el estar fuera de tu zona de confort: Este se relaciona con los dos puntos anteriores. Aprender a “doler” es clave para ser mejor, más rápido, más fuerte. Tu mente te dirá que dejes de empujarte antes de que tu cuerpo esté listo para hacerlo. Esto viene de un mecanismo de autodefensa. Piensa en una estufa muy caliente. Si pones tu mano allí tu mente sentirá inmediatamente el peligro (puedes quemarte) y te dirá que retrocedas ¿verdad? Bueno, nuestra mente es increíble, pero también no sabe la diferencia entre el peligro real (como quemarse) y la incomodidad (como seguir empujando a ti mismo cuando tienes “dolor” en un entrenamiento o en una carrera).

Si la mente percibe que estamos fuera de nuestra zona de confort querrá detenerte, hacerte que bajes el ritmo como mecanismo de autodefensa.

5 Visualización: Si puedes verlo, puedes creerlo. Si puedes creerlo, puedes lograrlo. Trata de tener una imagen mental de lo que quieres lograr. Ensaya lo que quieres que suceda en tu mente. Vete a ti mismo teniendo la carrera perfecta pero también teniendo obstáculos y ver como eres capaz de superarlos fácilmente y con éxito. Cuanto más ensayes esto en tu mente, mejor preparado estará ésta para cuando llegue el momento de ejecución.

6 Relajación: Los músculos relajados tienen un mejor desempeño. Aprender a relajarse mientras se corre rápido (o haces un buen esfuerzo) es la clave. Suena contraproducente, pero es importante que sigamos empujando a nuestro cuerpo mientras este (tu cuerpo) esta relajado (y tu mente relajada tambien!).

Gracias por leer. Espero que esto te ayude a salir de tu zona de confort y a empezar a entrenar tu mente para que puedas convertirte en la mejor versión de ti mismo y seguir expandiendo lo que creías eran tus límites.

Los invito a que me sigan en Facebook (https://www.facebook.com/insightfulrunner/) twitter (@terezacher), Instagram (@insightfulrunner) y en mi blog (www.insightfulrunner.blog) para motivación durante el día.