Atractivos y tradiciones que solo puede darnos Yucatán

Yucatán es famoso por sus zonas arqueológicas que se levantan entre la selva frondosa; por sus cavernas inundadas que los mayas consideraban como la puerta del inframundo; y por sus noches de serenata con trova. Pero esta tierra tiene más, como sus haciendas henequeneras convertidas en lujosos hoteles o la fina confección de guayaberas y hamacas.

  1. Una delicia llamada marquesita

A finales de la década de los treinta, nacieron las marquesitas en una heladería del Mercado de Santiago en Mérida. Este postre es un clásico vespertino que se vende en carritos sobre ruedas en parques y plazas. Se prepara como si fuese una crepa, pero con la diferencia de que va enrollado y relleno de bastante queso de bola, cuyo sabor es similar al edam. Algunos le agregan cajeta, mermelada o chocolate.

  1. Chaya, la “cura” de todo mal

La planta de chaya es un ingrediente básico en la dieta de la península de Yucatán por su alto contenido de hierro, calcio, proteína y fibra. En tu próxima visita pruébala mezclada  con huevo, con pepitas de calabaza o en agua.

  1. Vamos por una botana

Entre el mediodía y las dos de la tarde, los yucatecos acostumbran comer en los botaneros, sitios favoritos para degustar  platillos típicos y beber una cerveza. En Mérida, La Negrita y Eladio’s son los más populares. En su menú nunca faltan los papadzules, el relleno negro y el pollito en escabeche. Además, siempre habrá música en vivo para bailar hasta las 10 de la noche.

  1. Pib, en Hanal Pixán

Para Día de Muertos, la última semana de octubre  se celebra el Hanal Pixán, que significa “comida de las ánimas”. Durante estas fechas se ha de preparar el  “mucbipollo” o “pib”: un tamal  de maíz  relleno de carne de pollo y cerdo, condimentado con tomate y chile. Se envuelve en hojas de plátano y se guisa en horno de leña o en un hoyo cavado en la tierra.

  1. Tekik, tierra de guayaberas

Por más de 40 años, los habitantes de este poblado se han posicionado como los maestros artesanos en la confección de guayaberas e hipiles: la primera es la prenda típica que visten los hombres, aunque ya existen modelos femeninos; la segunda es el vestido con bordados a mano que portan las mujeres, sobre todo en festividades importantes.

El pueblo de Tekik, también forma parte de la Ruta de las Iglesias.  Aquí se conserva el exconvento de San Antonio de Padua, construido en el siglo XVI. Se ubica a 60 kilómetros de Mérida.

  1. Escapada a la playa

Los domingos son para ir al puerto de Progreso y disfrutar de una tarde tumbado  al sol y nadando en aguas turquesas, flanqueadas por enramadas y palapas.

  1. Las puertas del inframundo

Ir a Yucatán y no conocer un cenote, sería un pecado. En el estado se contabilizan más de seis mil cavernas inundadas y ríos subterráneos, la mayoría abierta al público, que eran considerados por los mayas como la puerta de entrada al inframundo, el hogar de los dioses y sus antepasados. Desde Mérida, puedes visitar los cenotes de Homún, Xlacah y Cuzamá. Se localizan a solo 20 minutos.

  1. Arquitectura maya

Chichén Itzá, Dzibilchaltún, Uxmal y  Ek Balam son algunas de las zonas arqueológicas que debes visitar, al menos una vez en tu vida. Chichén y Uxmal ofrecen espectáculos nocturnos de luz y sonido para comprender la cosmovisión de los antepasados mayas.

  1. Tardes de béisbol

Es el deporte favorito del estado. Antes del atardecer, es un clásico asistir a un partido del equipo local de béisbol, los Leones de Yucatán, quienes juegan en el  estadio del Parque Kukulcán Álamo, de Mérida. La temporada de béisbol inicia entre marzo y abril.

  1. Celestún, una maravilla natural

Esta Reserva Natural de la Biósfera es el hogar de más de 300 especies de aves, entre ellas el flamenco rosado. La mejor temporada de observación es de noviembre a abril. Contrata un paseo en lancha por los mangles y adéntrate a las colonias de flamencos. También podrás conocer un bosque petrificado.

  1. Hamacas

Fue en Yucatán donde estas redes, procedentes de las Antillas, se perfeccionaron. Las buenas hamacas se tejen a mano, con hilo de henequén, algodón y lino.

  1. Haciendas henequeneras

La llegada de los hilos sintéticos acabó con el esplendor de la producción de henequén. De ese pasado sobreviven las haciendas henequeneras, transformadas en hoteles de lujo para conocer cómo se producía una de las fibras naturales más resistentes. Santa Rosa, Tekik de Regil y Temozón son solo algunas.

  1. Serenatas de trova

En Mérida, los jueves están dedicados a la poesía cantada, la trova.

El parque Santa Lucía es el escenario para presenciar un concierto de bandas janeras, rondallas, tríos y orquestas sinfónicas al aire libre. La tradición de vestirse de gala para una noche de serenata existe desde 1965.