Encargado de proyecto en Santa Lucía niega nexos con Grupo Riobóo

  • Sergio Samaniego, encargado de desarrollar el proyecto del nuevo aeropuerto en Santa Lucía, dijo que, para iniciar, se requieren 70 mil mdp; negó relación alguna con José María Riobóo.

Sergio Samaniego Huerta, designado por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador como encargado del proyecto de Santa Lucía, dejó claro que no tiene ninguna relación comercial ni laboral con Grupo Riobóo, ni con su presidente José María Riobóo, y que será éste quien defina, conforme a su situación legal, si puede participar o no en las licitaciones de la obra.

En entrevista con Pascal Beltrán del Río para Imagen Radio, Samaniego insistió en que no es socio de las empresas Riobóo, “ni socio personal del Ingeniero José María Riobóo; no dependo de ellos, no recibo un sueldo de ellos. No tengo contratos laborales permanentes, ni recibo honorarios”, afirmó.

Samaniego indicó que la relación con Riobóo se deriva de una valuación a los terrenos de Santa Lucía, para realizar el proyecto que presentaría Morena, pero, aclaró: “todo eso fue pro bono. No cobramos ni se suscribió un contrato, ni se emitió un documento por ello”.

Insistió en que no se ha preocupado por revisar la Ley de Obras Pública, que regula las licitaciones, pero, remarcó, “eso lo debe responder directamente el ingeniero, quien debe estar perfectamente enterado de su condición legal”.

Samaniego explicó que el anteproyecto ejecutivo de las dos pistas en Santa Lucía tendría un costo inicial cercano a los 70 mil millones de pesos y la licitación se lanzará una vez que se cuente con el proyecto de la obra, que deberá concluirse a la brevedad, para que quede lista en tres años, como ofreció el presidente electo.

En este momento, agregó, la cifra cerrada del ante proyecto ronda los 68 mil millones de pesos, “pero es un patrón inicial para tener criterios de juicio en la toma de decisiones de la viabilidad”.

Reconoció que se tiene un tiempo limitado, para concluir la obra en tres años, como afirmó el presidente electo.

Dijo que “no hay holguras”, no hay tiempo para correcciones, ni cambios, deberá ser un cronograma muy preciso, en el que “se van a tener que hacer simultáneamente muchas cosas y muy precisas” para cumplir en tiempo y forma.

Aunque, alertó que el tiempo de ejecución “corre”, por lo que deberá trabajarse en desarrollar el proyecto a detalle; con columnas, pistas, entradas, estacionamientos, tipos de muros, etc., para poder hacer la propuesta a las constructoras, y abrir la licitación.

Adelantó que se considera la rehabilitación de dos vías de acceso a Santa Lucía, como es la conexión de la carretera México-Pachuca, o Avenida Insurgentes, hacia la carretera libre, que pasa frente a Santa Lucía, así como la conexión de punto de encuentro de la vialidad La Venta-Chamapa, el circuito Bicentenario, el Circuito Exterior Mexiquense, que confluyen en un punto. “Eso tendrá que habilitarse y luego conectar cinco kilómetros”.

Todo ello, afirmó, ya está considerado en las concesiones que se otorgarán. Además, se confinará un carril exclusivo para transporte de conectividad. No podrán transitar vehículos particulares ni para transporte público.

Para ser claros, se trata de un   transporte que irá de una terminal a la otra, de Santa Lucía a la Ciudad de México, ida y vuelta, para darle agilidad a la conectividad”. Por el momento, dijo, no hay un proyecto para construir una vía de tren que sirva de conexión.

Lo que tiene que llegar a haber será algún tipo de estructura fija, entiendo que será para autobuses inicialmente y después para tren, pero eso no se ha determinado todavía”.

Sergio Samaniego Huerta afirmó que se mantendrá la Base Militar Aérea de Santa Lucía, en el área que actualmente ocupa, sólo deberá reubicar a quienes ocupan la zona habitacional militar, porque queda dentro del trazo de las pistas.

Pero, el reacomodo de esa zona habitacional es parte del proyecto, y está considerado, en conformidad con todos ellos”.

La pista aérea, hangares, talleres y helicópteros, seguirán operando. La base no va a dejar de existir ni dejará de operar. Esa área se confinará, con adecuaciones y divisiones para seguridad de sus elementos y suministros, pero no desaparecerá”, recalcó.

Tampoco será necesario comprar tierras aledañas, ya que, afirmó, se determinó, conforme al proyecto que se cuenta con superficie suficiente, de cerca de dos mil 400 hectáreas, “en donde sí caben las dos pistas que darán abasto y alimentación a toda la demanda de movimiento aéreo civil”. Por ello, puntualizó, no se requiere adquirir nuevos terrenos, y   se propone construir dentro de la poligonal actual.

Adelantó que todos estos cambios deberán aplicarse vía consenso con todos los sectores implicados, como son los habitantes de las zonas aledañas a Santa Lucía, gobiernos municipales y el estatal, así como con organismos ecológicos, de servicios y de suministros, así como con las Fuerzas armadas.

No queremos incurrir en una condición de imposición, al contrario, de concertación de la necesidad; la ventaja es que es un terreno federal, destinado a aeropuerto”, por lo que ya se formó un equipo de contacto, dijo.

Lo que queremos es que sea una opción concertada e incluyente”, reafirmó.

Por último, Samaniego aseveró que cuenta con la certificación académica y profesional para encabezar el proyecto en Santa Lucía; se dijo muy orgulloso de ser egresado de la Escuela Nacional de Agricultura, y titulado de la Universidad Autónoma de Chapingo, y efectivamente “soy ingeniero agrónomo zootecnista”.

Pero, “ese es el primer grado profesional que obtuve. Tengo más grados profesionales, que me dan otras especialidades”, como tres especialidades valuatorias; una especialidad agronómica y una maestría en valuación, además de que es especialista en negocios en marcha.

Es esta plataforma de análisis lo que me lleva a participar en el proyecto”, enfatizó.