Un balón al área, cruzado hacia afuera, al que llegó Luis Suárez y que fue derribado por Varane provocó la primera jugada a estudiar por el VAR en la historia del Clásico.
Sánchez Martínez, el árbitro, pareció no querer darse por enterado de la jugada a pesar de las protestas de los jugadores del Barça, pero, de pronto, hizo la señal, se fue a la banda… Y regresó al campo señalando el penalti.
En media hora de partido el Barça puso al Madrid al borde del colapso y comenzó la sentencia de Lopetegui, condenado el conjunto merengue primero por la inocencia de Nacho en la banda, donde Jordi Alba le volvió loco durante los primeros minutos hasta provocar el 1-0, y después por un empujón que se diría innecesario de Varane, atendiendo a que Luis Suárez no encaraba a Courtois.
Protestaron primero los azulgranas y después lo hicieron los madridistas, con Lopetegui observando incrédulo como el árbitro miraba la pequeña pantalla instalada entre los dos banquillos y se temía lo peor. ¿Polémica? La jugada, repetida por televisión, no dejó lugar a la duda y el penalti, claro, lo transformó, ajustado Luis Suárez, mientras Sergio Ramos parecía decir algo a un Sánchez Martínez que entrará directo a la historia de los Clásicos.