¿Escrutinio público?

Han comenzado a darse los primeros pasos, se trata de un estilo de gobernar diferente a los usos y costumbres, inclusive llama poderosamente la atención que aún sin haber tomado posesión como Presidente de la República, López Obrador ha tomado el mando a grado tal que su gabinete comenzó a operar, cada uno de los designados hace labores operativas, toma decisiones e inclusive realiza labores de campo.

En esa medida no causa sorpresa que él mismo comienza a través de su peculiar forma de gobernar, determine en busca de respaldo llevar a cabo mecanismos de consulta pública en la responsabilidad de decidir. Me refiero concretamente al escrutinio público anunciado para el NAIM, tema que ha ocupado en buena medida la agenda nacional.

Tales ejercicios le vienen a modo y, le han permitido salir bien librado. Hace años en su época de Jefe de Gobierno del Distrito Federal hizo a través de un sondeo telefónico una consulta para su ratificación o revocación en el puesto, por supuesto dio a conocer un amplio respaldo; previo a las elecciones se repitió la fórmula para elegir al candidato (a) que representaría a MORENA para el gobierno de la Ciudad de México, los resultados fueron motivo de amargas quejas por parte del ahora Senador Ricardo Monreal, no obstante la decisión estaba tomada a favor de Claudia Sheinbaun, quien finalmente obtuvo la victoria.

El método vuelve a aparecer, aunque se percibe en el ambiente que se trata de un strike cantado, el aroma a una decisión previamente tomada invade el espacio, además que deja un precedente relevante, sin duda dará mucho de qué hablar.

Por otra parte, cabe mencionar una serie de factores inmersos en la consulta pública propuesta, que abren las puertas a la especulación y desconfianza, en principio resulta difícil de creer el costo que mencionan estimado en 1.5 millones de pesos, independientemente de quien lo cubra; la instalación de 1073 casillas en 538 municipios que al decir de los organizadores concentran el 82% del padrón nacional, que estarán durante cuatro días recibiendo el sentir ciudadano, requiere de un aparato logístico muy profesional.

Es preciso destacar que una convocatoria a la ciudadanía para ejercer un derecho cívico plebiscitario a efecto de tomarle parecer, en el fondo se apela a la soberanía nacional, por lo tanto, no es un acto menor, se trata de un mecanismo para compartir decisiones en el ejercicio del poder público, pese a que aún no se encuentra en funciones, no obstante, la informalidad, se advierten serias deficiencias que impiden garantizar un ejercicio serio, responsable, profesional y democrático. En esas circunstancias, se convierte en un arma de doble filo y la sombra de la incertidumbre estará presente.