Atlético Madrid toma el liderato en La Liga

  • Atlético de Madrid hacía mucho por tener el control y generar juego, pero apenas se notaba.

Diego Godín y Filipe Luis dieron la victoria por 2-0 al Atlético Madrid frente a la Real Sociedad que les permite dormir en la cima de la tabla en espera de lo que ocurra el domingo en el clásico entre Barcelona y Real Madrid.

Pero de nuevo, al Atlético le costó encontrar espacios frente a un rival que había llegado al Metropolitano decidido a aglomerarse en su área y tuvo que recurrir a ese juego pesado y poco vistoso que hace que los minutos duren una eternidad.

Atlético de Madrid hacía mucho por tener el control y generar juego, pero apenas se notaba. Aunque llegaba una y otra vez, daba poca sensación de peligro, y menos, de acierto. Cuando lo hacían, ahí estaba Moyá para atrapar el centro que de todos modos iba a ninguna parte, o el rechace de alguno de los hombres amontonados delante de él.

Se sucedían las oportunidades perdidas, aumentando el tedio y la frustración local, particularmente después de ocho tiros de esquina que no llegaron siquiera a inquietar a la Real Sociedad.

Ya podían lucirse Saúl o Correa abriéndose paso, mostrar todo un abanico de movimientos sin balón, que no pasaba nada. No había un rematador bien colocado que redondeara. Ya fuera porque Diego Costa jugó sin estar o porque Antoine Griezmann se dedica a multiplicarse por diez y no siempre llega a tiempo a todo.

La frustración atlética se reflejaba en el desgaste a veces absurdo del francés, que en un momento emprende la carrera a toda velocidad para intentar abrir paso y al siguiente tiene que volar de vuelta para evitar que la Real Sociedad se lance al contragolpe. Con una falta o dos, porque no le quedaba de otra. Atlético, personificado en Griezmann y en Correa, hacía mucho y lograba poco.

En ésas estaba, a punto de trabarse en un bucle, cuando a enésima internada de Correa por fin consiguió su premio.

La astucia le permitió aguantar el balón lo suficiente hasta verse bien acompañado, y un error de la zaga vasca hizo el resto, cuando el despeje al centro del argentino cayó a los pies de Godín, que sólo en el corazón del área frente a la puerta, batió a Moyá.