La presidenta del Organismo Nacional de Mujeres Priistas en el Estado, Rebeca Terán Guevara, repudió cualquier acto de violencia que se ejerza en contra de las personas
Exigió que estas acciones no pasen por alto, tengan las consecuencias necesarias para que no se repitan en ningún ámbito, político, público o privado”.
Luego de las amenazas en que incurrió el legislador Edgardo Hernández, en contra de sus compañeras, la presidenta del Organismo Nacional de Mujeres Priistas en el Estado, Rebeca Terán Guevara, exigió respeto para las diputadas de la LXII Legislatura (Beatriz Eugenia-Sonia Mendoza) y a cualquier mujer que triunfa en la búsqueda del empoderamiento político, tanto como aquellas que cotidianamente luchan por mejores condiciones de vida.
Por lo anterior, dijo “Repudiamos y reprobamos cualquier acto de violencia que se ejerza en contra de las personas, exigimos que estas acciones no pasen por alto, tengan las consecuencias necesarias para que no se repitan en ningún ámbito, político, público o privado”.
Consideró que lo ocurrido en la máxima tribuna del estado es un ejemplo de intolerancia y violencia exacerbada contra la que las mujeres de México hemos luchado por años. Además, Terán Guevara subrayó que no se puede desestimar la violencia ejercida por el legislador en contra de las diputadas Beatriz Benavente y Sonia Mendoza, a quienes manifestó su total respaldo, “una disculpa no es suficiente, una disculpa no nos da el respeto que nos merecemos todas las personas, no nos da la igualdad por la que pugnamos diariamente”, agregó.
Sostuvo que episodios vergonzantes como el ocurrido en la Sesión Plenaria del Legislativo, el pasado jueves, son el botón de muestra para fortalecer la lucha por la no violencia y por la erradicación de la violencia política de género “hemos dado pasos importantes en el combate a la violencia política de género, pero aún nos falta mucho por recorrer”.
Finalmente llamó a las instituciones que velan por los derechos humanos, así como a las instancias públicas e instituciones a fortalecer las acciones preventivas y no permitir que hechos como estos se sigan presentando, no sólo en escenarios públicos sino en cualquier espacio donde esté en riesgo la integridad de las mujeres y de las personas.