‘El tango era popular y se bailaba masivamente, hoy ya no es así’: Juan Lorenzo, guitarrista

Los arrabales argentinos de principios del siglo XX son las actuales villas-miseria, los ríos que evocan algunas letras clásicas están ahora contaminados y las canciones sobre drogas, robos y violencia del llamado tango lunfardo siguen vigentes. ¿Por qué no reinsertar el tango a la contemporaneidad?

De esta premisa partieron los cinco integrantes de 34 Puñaladas para crear hace 20 años este grupo que, al mismo tiempo que regresó a las raíces de este género que da identidad al país sudamericano y lo difundió entre las nuevas generaciones, lo transformó y actualizó, porque las nuevas letras abordan temas nunca antes tocados.

El tango no es sólo el estereotipo. Tiene hoy una vida propia y nosotros somos parte de esta realidad”, afirmó ayer el guitarrista argentino Edgardo González, quien admitió que “la idea de retornar a la raíz del género fue una propuesta de contracultura y una búsqueda de esta identidad un tanto olvidada”.

Integrado por tres guitarristas, un ejecutante del guitarrón y un cantante, el quinteto presentó anoche, en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas, lo más representativo de su discografía; y hoy jueves ofrecerá en El Trasnoche, a las 23:30 horas, un programa distinto. Ambos conciertos en el marco del 46 Festival Cervantino.

El tango era popular y se bailaba masivamente. Hoy ya no es así. Ha sido relegado como una especie de andar incipiente. Ahora hay que ir a buscarlo. Y eso hemos hecho, por eso se ha diversificado”, agregó el también guitarrista Juan Lorenzo.

Destacó en rueda de prensa que el tango, desde sus orígenes, los años 20 y 30 de la pasada centuria, hablaba de todo, de cuestiones filosóficas, de amores contrariados y hasta hizo una especie de denuncia de acoso laboral hacia una mujer. “Claro, todo desde la visión de compositores nacidos a finales del siglo XIX”.

Buenos Aires recibía mucha migración europea, había hacinamiento, promiscuidad; tocó cosas terribles. Esos temas estaban presentes. Ahora se retoman cuestiones como la trata o la violencia, pero metafóricamente”, añadió.

Ambos músicos coincidieron en que desean echar abajo esa creencia del porteño de que Buenos Aires es el París de Sudamérica. “Contrastando esta idea y subjetivándola, contamos que también hay marginalidad, como en toda capital europea. Pero ¿cómo hacer que esto le interese a un pibe de 20 años?”, se preguntan.

Por esta razón, no sólo recuperaron el repertorio clásico, sobre todo el marginal, el poco conocido, sino que compusieron letras nuevas y mezclaron el tango con otros ritmos. “Nos lo apropiamos y dejamos que nuestra herencia de rock apareciera. A partir de 2006, el grupo se refundó, porque empezamos a trabajar con composiciones propias”, indicó Edgardo González.

Los discos Bombay y Buenos Aires (2009) y Astiya (2014) son ejemplo del repertorio propio. “Esta idea se traspasó a una generación posterior y hoy existen muchos tangos contemporáneos, que acabamos de reunir en La historia del humo”, adelanta.

Los otros tres integrantes del grupo 34 Puñaladas, que retoma el nombre de un verso de un tango antiguo, y que debuta en México, son Maximiliano Cortez, Lucas Ferrara y Alejandro Guyot.