Austin rescató a la F1 en Estados Unidos

El Circuito de las Américas fue construido sobre tierra rocosa a las afueras de la capital de Texas. Para llegar allí hay que pasar por un complejo de casas rodantes, mercados de pulgas y paisajes de colinas ondulantes con chivos y caballos. Pero una vez que se llega, aparece imponente su torre de observación, un punto referencial de 77 metros de altura… el circuito se ha convertido en el epicentro de la Fórmula 1 en Estados Unidos.

El piloto australiano Daniel Ricciardo, de Red Bull, exalta a la pista como un trazado para pilotos que permite muchos rebases. “Te anima a pelear”, dijo Ricciardo.

El ex promotor Tavo Hellmund, quien se separó de sus socios comerciales antes de la carrera inaugural de 2012, dibujó el diseño del circuito en la servilleta de un restaurante. Aún guarda la servilleta, con manchas de mostaza y salsa de barbacoa, y el contrato original de la carrera, en una caja fuerte. “Todos pensaron que yo era un lunático”, dijo Hellmund, amigo del ex patrón de la F1 Bernie Ecclestone.

Después de todo, la F1 abandonó a Estados Unidos durante cuatro años tras dejar el circuito modificado en Indianápolis, en 2008, y no había indicios de un pronto retorno. Sin embargo, hoy día, mientras que los esfuerzos para concretar carreras al aire libre en ciudades como Nueva York, Las Vegas y Miami han fracasado o se han estancado, el GP de EU luce sólido y se realizará este fin de semana en Texas por séptima vez; inició su nueva historia en 2011.

En el país de la NASCAR, la F1 esté en pie de guerra.

SE ENFOCA EN EL NEGOCIO

Bobby Epstein, presidente del Circuito de las Américas y el promotor de carreras, dijo que él nunca ha considerado el crecimiento de la F1 en EU como su responsabilidad. Su labor es organizar un espectáculo.

No estamos allí para edificar un deporte sino para organizar un evento”, dijo. “Aquí compras historia, como en Montecarlo o Silverstone… No creo que el deporte haya aumentado en popularidad, pero la estabilidad del GP indica que estamos haciendo algo bien: tenemos una longevidad saludable”.

Epstein no da cifras de asistencia, pero dice que el único momento difícil fue en 2015, cuando la carrera estuvo cerca de no disputarse por las fuertes lluvias que ahuyentaron a la gente y propinaron lo que Epstein llamó un “golpe financiero”.

Desde entonces, el GP opera sin problemas, según señala.