Adictos a Remedios Varo, este aviso es para ustedes

  • Este 2018 el MAM celebra uno de los acontecimientos más significativos de su historia reciente: la donación del archivo personal de Remedios Varo.

El Museo de Arte Moderno hace una atenta invitación: ¡Los esperamos este jueves 18 de octubre en la inauguración de «Adictos a Remedios Varo. Nuevo legado 2018», 19:30.

En 2002, la historia de Remedios Varo (1908-1963) quedó ligada al Museo de Arte Moderno gracias a la donación que Walter Gruen -última pareja sentimental de la artista- y su esposa Anna Alexandra Varsoviano, hicieron de un conjunto de 38 piezas, al que un año después sumaron una más.

Este 2018 el MAM celebra uno de los acontecimientos más significativos de su historia reciente: la donación del archivo personal de Remedios Varo, resguardado hasta ahora en la casa de la pareja Gruen Varsoviano.

Adictos a Remedios Varo. Nuevo legado 2018 es la primera revisión del MAM desde la reciente integración del archivo a su acervo. De este ejercicio surgen hallazgos de carácter histórico y personal que revelan rasgos de la personalidad de la autora –su tendencia a coleccionar amuletos, piedras y objetos simbólicos-, así como el intercambio intelectual que sostuvo con personalidades esenciales para comprender la atmósfera intelectual de su tiempo: Octavio Paz, César Moro, Óscar Domínguez, Leonora Carrington y un largo etcétera. La fortuna de esta donación radica también en los 250 bocetos y dibujos preparatorios que se conservan y que, en muchos casos, son el trabajo preliminar a óleos que forman parte de la colección del MAM.

La riqueza de este archivo no sólo estriba en las múltiples lecturas que a partir de éste puedan hacerse en torno a la obra de Remedios Varo, sino en lo que su contenido arroja sobre la memoria de una generación que irrumpió en la escena artística durante la primera mitad del siglo XX y cuyo legado permanece hasta nuestros días.

Sin duda Remedios Varo (Anglés, España, 1908- Cd. de México, 1963) es de las artistas con más estudios y revisiones sobre su obra: de su perfección en el trazo, de la arquitectura en sus paisajes, de la fantasía y esoterismo, de sus personajes arquetípicos, y de los elementos astrológicos y científicos en un surrealismo tan propio como su personalidad introspectiva.

Pero cada vistazo a su obra resulta en un nuevo descubrimiento, en el hallazgo de una sensación o mensaje no registrado, en un mayor entendimiento de su iconografía onírica que a medio siglo de su muerte amerita retomar el análisis.

A decir de Teresa del Conde, historiadora de arte, las mismas críticas y comentarios sobre Varo responden a una época, y ello obliga a que las nuevas generaciones la estudien, conozcan, y revisen las secuelas del surrealismo y del arte fantástico como introducción al arte moderno y contemporáneo.

“Todo artista tiene aportaciones al arte, y Remedios Varo es una surrealista que más bien se desarrolla de acuerdo a parámetros que están en su lugar de origen, su figuración es muy minuciosa, técnicamente muy perfecta, bien llevada a cabo”, detalla la también investigadora de la UNAM al recordar a la pintora en su 50 aniversario luctuoso, que se cumple mañana (8 octubre).

Hablar, entonces, de la autora de Vampiros vegetarianos  y La Revelación o el Relojero es un ejercicio de revisión de la historia de ciencias como la medicina, la astronomía, la sicología; aunque Del Conde advierte precaución al relacionar los parámetros de la sicología aplicados al arte del surrealismo.

“No fue una autora que como otros hayan vibrado en el psicoanálisis; los parámetros de la psicología aplicados al arte hay que tomarlos con reserva porque hay que tomar en cuenta las convenciones que rigen en un momento dado la producción plástica de cada artista”, precisa de la pintora  que residió en México desde 1949,

Sin embargo, es posible afirmar que en las creaciones de quien fuera pareja sentimental de Benjamin Péret hay símbolos introspectivos, referencias “freudianas”, reminiscencias a la medicina antigua; como se puede ver cláramente en los óleos Mujer saliendo del psicoanalista, Retrato del Dr. Chávez, o Exploración de las fuentes del río

Orinoco.

“Remedios Varo destaca como una mujer que supo documentarse a lo largo de una vida; ella logra dominar muchos temas, muchos conocimientos. Se acercó al tema de la medicina no como una afición, sino con muchos estudios profesionales; tratados de botánica. Así encontramos en Remedios Varo los ecos de una sabiduría, no suposiciones sino conocimientos documentados”, agrega Magnolia Rivera, autora de Trampantojos. El círculo en la obra de Remedios Varo.

Por ello estudiar su obra, declarada monumento artístico de México en 2001, implica entender cada óleo no sólo como un objeto de valor estético sino como un documento de carácter  científico ligado a la metafísica: “Para mí en cada pintura de Remedios nos encontramos con un documento científico; creo que lo que nos propone en sus obras es un sendero hacia la evolución interior, espiritual”, dice.

Al respecto Alberto Blanco comenta, en el libro Remedios Varo: catálogo razonado (ERA), que la artista, quien murió de un paro cardiaco a los 55 años de edad, supo separar el concepto de arte del de obra de arte, ésta como un artefacto.

“En Revelación o El relojero, cuadro central de la producción de Remedios Varo, apunta al corazón del enigma; la revelación del instante frente a la investigación (ciencia) o la consumación (religión) de los tiempos”, explica. Aún cuando hay opiniones encontradas sobre si la obra de Varo es, en cierto modo, autobiográfica, tanto Rivera como Blanco coinciden en que son sus mismos óleos los que describen a la artista.

“Por obvio que parezca, es la obra de Remedios Varo la que nos puede conducir al misterio de su arte”, dice Blanco.

“Dejó su biografía inscrita en sus obras. Narra cómo se sentía o cómo vivía un circunstancia de su vida, y pienso que se podría entender cómo es ella si se ve una de sus obras y  partir de lo que ocurría a su alrededor se deduce qué le ocurría”, insiste Rivera.

Lo cierto, añade Del Conde, es que Varo tras huir de las guerras en Europa sólo encuentra paz en México donde produce el grueso de su obra vinculada, en gran medida, a su propia soledad. “Hasta que no encontró una estabilidad que le permitiera trabajar no pudo producir todo lo que produjo, y eso se lo debe Walter Gruen (con quien vivió desde 1952 hasta su muerte)”.

Aún hay mucho por descubrir de su universo onírico.