“El arte perfecto no existe”: Alexander Krichel, pianista

Alexander Krichel (Hamburgo, 1989) es considerado el pianista más prometedor de su generación y una de las voces más reflexivas entre los jóvenes de su especialidad. Ayer debutó en el 46 Festival Internacional Cervantino (FIC).

En entrevista con un Diario de circulacón nacional, Krichel aseguró que la música clásica hace que los niños puedan fantasear libremente y que los demás no perdamos la esperanza en construir un lugar con menos guerras y más libertad. Adelantó que su próximo disco será To distant love (Al amor lejano), donde incluirá los Estudios sinfónicos de Robert Schumann, que estarán dedicados al amor romántico y distante, y a su abuela, fallecida en enero pasado, a quien el artista siempre llamaba 20 minutos antes de cada concierto.

Mi abuela y yo tuvimos una relación muy especial. Siempre le llamaba por teléfono antes de cada concierto, sin importar que yo estuviera en Japón, China o Estados Unidos. Ella siempre me contestaba y rezaba por mí, así que cuando yo subía al escenario la sentía cerca. por eso este CD, que lanzaré en febrero de 2019, será muy especial para mí”.

¿A quién llama ahora antes de cada concierto?, se le cuestiona al artista que visitó México en 2017, en el marco del Festival Blanco y Negro. “Todavía hablo con ella en mi mente; ella estuvo enferma mucho tiempo y me aseguró que cuando falleciera… ella estaría siempre conmigo en el escenario”.

¿Cuál es su búsqueda en la música? “Considero que la música tiene un impacto muy beneficioso en la gente, porque limpia el alma. Para mí esto es muy importante, pues nos enseña la esencia de la vida; por ejemplo, de las emociones, la paz y ayudar a la infancia. Todo esto puede alcanzarse si no hay guerra, que es lo contrario del arte. Pienso que no podemos disfrutar el arte si la gente se siente reprimida. El arte significa la libertad y no podemos estar libres si vivimos en medio de guerras”.

¿Cómo define su búsqueda en el escenario? “Uno tiene un objetivo en el escenario y es algo que puedo abrazar, pero al mismo tiempo sé que nunca podré alcanzarlo, sólo acercarme un poco. El arte no es como la ciencia. Sabemos que en la ciencia hay una solución perfecta a un problema, pero en la música eso no existe, pues siempre hay soluciones distintas, y todo depende de tu estado mental y emocional al momento de tocar el piano. Digamos que si estás feliz, no vas a tocar igual el mismo concierto que cuando estás triste, pues uno se inspira en sus emociones. Por eso creo que el arte perfecto no existe”.

¿Es un músico feliz con su realidad? “Es difícil hablar de política. Algunos piensan que los artistas no debemos hablar al respecto, porque ese mundo es distinto, pero los artistas sólo podemos esperar y tener esperanza; podemos inspirar emociones en el público y ayudar a tomar decisiones importantes que podrían mejorar la situación en el mundo. Eso es lo mejor que podemos hacer los artistas”.

¿Por qué le interesa que los niños tengan acceso a la música de concierto? “Porque me parece que los niños están abiertos a todo. Si les enseñas música clásica, también les enseñas que pueden fantasear libremente. Cuando yo me di cuenta de eso, al tocar, comprendí el significado de la vida. Y cuando los niños se den cuenta de lo que es capaz su mente ya no querrán vivir en un mundo de guerras, sino expresarse a través de la música o el arte; aunque tú no seas artista, la música te enseña a vivir alejado de cualquier guerra”.