Libro rescata historia del embarcadero de Ayotzingo, en Chalco

El embarcadero de Ayotzingo cumplió un papel fundamental en la red de comunicaciones entre los pueblos lacustres de la Cuenca de México durante las épocas prehispánica y colonial, al haber servido como puerta de entrada y salida de los productos que provenían del valle de Puebla y de regiones más lejanas como la montaña guerrerense.

Las memorias de este embarcadero, que se ubicaba en el borde sur del lago de Chalco, son consignados en el libro Ayotzingo. Su historia y sus textos. Una aproximación a la historia local a partir de sus testimonios pictóricos y documentales, de Tomás Jalpa Flores.

El historiador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explica que mediante herramientas de la historia social, como la microhistoria, evoca ese espacio lacustre, su bullicio, algunas particularidades de la gente que por ahí deambulaba y los productos que se mercaban, “es un estudio que recupera los magros informes, con el propósito de ofrecer al lector una idea de la historia de uno de tantos pueblos de la Cuenca de México”.

Editado por el INAH, el volumen ahonda en la sociedad indígena, la apropiación del suelo y la congregación de pueblos durante los siglos XV al XVII. En este caso en particular, indicó que luego de tres siglos de explotación de la zona lacustre, Ayotzingo era la puerta de entrada y salida de los productos, mano de obra y punto de intercambio comercial de regiones como la poblano-tlaxcalteca y del valle de Cuernavaca-Cuautla, incluso de sitios más lejanos como las regiones Mixteca y La Montaña, en Guerrero.

“Al suscitarse el desarrollo urbano, hubo necesidad de trasladar productos hacia la gran urbe, por lo que se abrieron otros puertos que empezaron a competir con el ya establecido, lo que creó una serie de intereses, pugnas por la apertura de embarcaderos y su control”. El doctor en historia por la UNAM expuso la necesidad de estudiar los diferentes embarcaderos que había en la periferia de la ciudad, como Xaltocan, Mexicaltzingo y Texcoco, entre otros, para entender la complejidad de este sistema lacustre, averiguar la forma en que estaban imbricados estos espacios y cómo estaban organizadas las redes de comercio, donde Ayotzingo, aunque no era el corazón de todo ese territorio, en su época fue importante para la región oriente.

Su ubicación geográfica permitía la comunicación con Churubusco, Iztapalapa, Culhuacán y Cuitláhuac. Diferentes actores: tenancas, tlayotalteques, tepanecas y mexicas intentaron controlar el embarcadero y, a consecuencia de la Conquista española, hubo una profunda reorganización social y espacial, aunque por un tiempo Ayotzingo siguió vinculado a Tenango, cada vez fue más evidente la influencia de Tlalmanalco y la competencia con otro embarcadero lacustre ubicado en Chalco.

Jalpa Flores centra la mirada en la presencia de elementos de tradición indígena y occidental, y destaca la persistencia de las nociones indígenas del territorio. Además da a conocer a los propios pueblos de Chalco valiosos documentos de carácter administrativo que forman parte de su historia. Los manuscritos, que están en acervos mexicanos, españoles e incluso franceses, fueron reunidos para esta edición; en su conjunto dan un panorama de la historia y la evolución del paisaje de Chalco.

El libro incluye un apéndice documental, un apartado dedicado a las fuentes consultadas y un anexo sobre el Códice Ayotzingo. El volumen puede adquirirse en las tiendas de los museos del INAH y en las librerías Educal.