Hay malas vibras en Congreso: «El Mijis»

  • Llevará un sacerdote a vertir agua bendita a su oficina
  • No hay necesidad de hacer eso, le reitera Mario Lárraga

Pese a ser un recinto oficial del Congreso del Estado donde debe haber una postura laica, el diputado local por el PT del Congreso, Pedro César Carrizales Becerra «El Mijis», anunció en esta semana llevará un sacerdote católico a su oficina para que viertan agua bendita y erradicar las malas vibras que siente al ingresar.

 “Fuera de cotorreo si voy a traer agua bendita porque en la oficina se siente medio raro, no sé si sea porque fue una cárcel de mujeres pero si se siente medio triste adentro, entonces voy a atraer una calcomanías para que se vea bonita la oficina, y trabajaremos por la gente”, aseguró.

Indicó que apenas está planeando que día bendecir su oficina, puesto que le había otorgado un espacio pero luego se lo cambiaron por otro, «todo el experimento acá místico lo tuvimos que suspender porque me movieron de oficina».

 Pedro César Carrizales adelantó que no estará mucho en su oficina porque el trabajo que buscara realizar será más itinerante, de acercamiento con la ciudadanía, lo cual hará con mucha humildad, y si alguien más quiere bendecir sus oficinas sólo deberá acercarse.

 Por su parte, el diputado del Partido Encuentro Social (PES), Mario Lárraga Delgado, quien profesa el pentecostalismo, afirmó que no es necesario llevar sacerdotes al Poder Legislativo.

 «Siento que nosotros somos cada uno el templo del Espíritu Santo, no hace falta traer a nadie, la presencia de Dios está en todas partes y cuando estamos llenos de la presencia de Dios todo lo demás huye, él es el ganador en la arena entre el bien y el mal, es el triunfador, el diablo sólo habla como león rugiente buscando a quien devorar, pero quien está lleno del Espíritu Santo no tiene nada que temer», afirmó.

Manifestó su deseo de que los 27 diputados y diputadas en San Luis Potosí «estemos pletóricos, llenos de la presencia de nuestro Dios, que nos inunde para que nos fortalezca por una parte y por la otra que no tengamos nada que temer, que él nos conduzca por el camino adecuado».