*.- A 2 meses del III Informe de Gobierno *.- Breve evaluación del gobierno carrerista *.- Éxitos y fracasos que aún pueden resolverse

Pese a tener, prácticamente a la vuelta de la esquina su Tercer Informe de Gobierno, el gobernador Juan Manuel Carreras no quita el renglón de lo que fue su principal compromiso de campaña: mejorar la economía de SLP y sus indicadores básicos.

De ésta manera, mientras el gabinete técnico trabaja a marchas forzadas en la elaboración del documento al tiempo que en campo verifican la veracidad de lo que imprimirán, él en lo particular sigue enfocado en la atracción del mayor número posible de nuevas inversiones, extranjeras.

Pese al derrumbe que constituyó la salida de la Ford en su primer año de gobierno,  Juan Manuel Carreras está listo para reportar a los potosinos un saldo positivo en la llegada de inversiones privadas y la generación de nuevos empleos a grado tal, que está a punto de ampliar de 100 mil a 120, conservadoramente, su compromiso sexenal a éste nivel.  Seguramente usted recuerda que en su campaña a gobernador, al estilo EPN, Carreras firmó ante Notario Público la promesa de que en su administración se generarían 100 mil empleos.

Sin embargo a punto de cerrar la primera mitad de su gestión, según cifras del IMSS ya rebasó el 60 por ciento de esa meta.

MAS QUE SUS ANTECESORES

Así que es muy posible que en su ya cercano III Informe de Gobierno se dé a conocer que ampliará éste compromiso en 20 mil empleos más. Se dice fácil, pero para que usted tenga idea de lo que representan los 5 mil 100 millones de dólares de inversión privada que JMCL ha conseguido para SLP en sus primeros 3 años de gobierno, basta recordar que en los 6 años del panista Marcelo de los Santos, con todo y la General Motor, solo hubo  3 mil 500 millones de dólares en inversión extranjera para un total de 30 mil nuevos empleos.

En tanto, en el sexenio torancista se rebasaron los  7 mil millones de dólares de inversión extranjera en el Estado, cifra que es muy posible que Carreras alcance en su cuarto año de gobierno, dado que con frecuencia insiste en que no reducirá el paso ni un minuto mientras dure su gestión.

Pero si en la inversión privada puede decirse que no solo superará la prueba sino que la rebasará por lo que bien podríamos considerarla la joya que corone su sexenio; hay otros parámetros en los que nos queda a deber y no todo es jauja.

PRUEBAS NO SUPERADAS

Si bien hay mucho empleo, éstos no son suficientemente retribuidos, pues la vida en SLP se ha encarecido sensiblemente no sólo al nivel de canasta básica sino en el de costo de servicios, telefonía, vivienda, transporte, etc, como respuesta, dicen, a la política de los gasolinazos.

 Además en áreas como el combate al crimen y la inseguridad, los resultados no son tan confortantes, e incluso muchos opinan que está quedando a deber.

Los potosinos vivimos con miedo, enrejados cual delincuentes dentro de nuestros propios hogares, y muy pocos son los que, una vez caída la noche se atreven a dar una caminata antes de irse a dormir, ni siquiera en los alrededores de donde viven.

Además que los feminicidios y la violencia intrafamiliar van en aumento según encuestas del INEGI, el Sistema Nacional de Seguridad Pública, SNSP; el Semáforo Delictivo y  Causa en Común entre otras.

En cuanto a obras, los resultados apenas comienzan a verse en nuestra capital; el Distribuidor Juárez  y la gran torre médica que repondrá el obsoleto Hospital Central, que serán signo del sexenio, apenas empiezan y lo hacen precedidos de sendos cuestionamientos.

CUESTIONADOS

A los nuevos brazos del Distribuidor Juárez se les cuestionan viabilidad, beneficios reales y hasta transparencia en la licitación de la obra, y al Hospital Central, que haya dejado de ser un nosocomio para pobres por la cara monetización de sus servicios. Ojala en éste punto, con el nuevo gobierno, rectifiquen.

Otro asunto medular en el que JMCL está corto es en lo político, lo que no es raro pues por lo general después de ganar la campaña los gobernantes se olvidan de sus partidos que, porque ya “están más allá del bien y del mal”.

Pero los grandes gobernantes, los que actúan como estadistas, no desperdician esta veta de poder para lograr su trascendencia y reconocimiento posterior.

Es innegable que su partido, el PRI, apenas sobrevivió a la marabunta de Morena, por lo que JMCL deberá promover su r4ecomposición, si es que quiere  retribuirle que a él le deba la gubernatura.

Pero tendrá que hacerlo desde lo local pues desde el ámbito nacional, poco se puede esperar, pues los poderes fácticos internos no se aferraran, ni a las siglas, ni a sus colores, ni a su ideología y mucho menos a la necesidad de reinventarse para sobrevivir.

LEALTAD AL PRI

En sus manos tienen las riendas de los Estatutos, diseñados a su gusto y contentillo, además de las reglas no escritas que, para respetarse requieren la “suprema voluntad de arriba” y, no vemos un Enrique Peña Nieto ocupado en el futuro de su partido.

Aquí, el PRI al menos tiene la ventaja de que  aún es gobierno y con 3 años por delante Carreras tiene tiempo más que suficiente para crear el liderazgo y moldear el carisma de quien quiera que lo vaya a relevar con un buen margen de éxito.

Esto, siempre y cuando se manejen mejor los logros de su gobierno, que como vimos  son muchos, y se perfile a un buen número de “posibles” para que, al nuevo estilo de Morena, donde nunca hubo “tapado”,  la opinión pública diga desde antes cual le “cuadra” más.

Es decir, deben crearse líderes al interior del PRI y ya con un buen manojo de éstos, dejar que el pueblo decida el que sea más nato, o natural, pues los líderes nylon, es decir hechizos a fuerzas, la historia  prueba que no han funcionado. Y claro que se puede… si es lo que se quiere.