*.- Crisis en todos los partidos *.- Operarán con menos dinero *.- Algunas corrientes se consolidan

Si algo quedó claro tras las recientes elecciones en nuestra entidad y, al parecer en el resto del país, es la severa crisis interna que se vive en los partidos, Morena incluida.

El Movimiento de Regeneración Nacional, como su nombre lo dice, no es un partido político en sí, sino una mescolanza de ideologías y perfiles que en común sólo tuvieron la aspiración de llevar a la silla Presidencial a Andrés Manuel López Obrador, su guía moral y hoy virtual Presidente Electo.

Ponerles freno y control debe ser, en éstos momentos, la principal preocupación de AMLO y tal vez sea el espíritu de la iniciativa morenista para reducir a la mitad el financiamiento público que éstos han recibido por más de 40 años, lo que no debiera ir más allá del primer periodo ordinario de sesiones de la próxima LXIII Legislatura, dado que tienen mayoría.

Por lo pronto en nuestra entidad los nuevos adeptos que AMLO sumó a Morena en SLP, como Leonel Serrato, Jaén Castilla Jonguitud y el empresario José Antonio Lorca, entre otros, buscarán quedarse con la dirigencia, aunque los «pejistas» históricos, como el senador electo Primo Dothe y la fracción que encabeza, también reclamarán su tajada.

Lo que es un hecho, es que el ciclo de Sergio Serrano Soriano concluyó y que en esta nueva era, donde serán gobierno y ya no oposición, se requiere un perfil con la suficiente capacidad para preparar el 2021 cuando, obvio, tendrán en la mira esta gubernatura.

LA DESUNION LOS PERDIO

Para nadie es ajeno que desde la selección de candidatos se vieron descompuestos el PRI y el PAN, por lo que no fue raro que se fueran hasta la tercera y segunda posición, respectivamente.

En tanto el PRD, PVEM y PANAL operaron como “Partidos Familiares”, es decir, con designaciones a gusto y contentillo de una sola persona desde la cúpula, igual que PES, PT, MC y PCP

Y si bien, por chiquitos, los partidos familiares no tienen tantos problemas dado que el poco o mucho recurso de que dispongan también se reparte entre muy pocos, son los otrora partidos grandes: PRI, PAN y PRD, quienes más escaramuzas internas resienten por la inminente renovación de sus cúpulas estatales, ya en puerta.

Por ejemplo, mientras Martín Juárez Córdova insista en que se quedará como presidente del CDE del PRI, es muy fuerte la versión de que dentro de poco dejará el cargo, según lineamientos marcados por la nueva lideresa nacional, Claudia Ruiz Massieu.

Ella emprenderá la renovación de todas las estructuras tricolores a partir de que en  noviembre próximo sesione el Consejo Polírico Nacional a fi n de ratificarla en el cargo para un nuevo periodo de 3 años o bien, le nombren un relevo.

Sea o no ella quien presida al PRI, el Estatuto obliga a renovar dirigencias sobre todo por los deplorables resultados de la última elección.

Es un hecho: Juárez Córdoba debe abandonar  el cargo y dejar el espacio a un perfil capaz de levantar al tricolor del agónico nivel en que quedó aunque, no hay muchas esperanzas pues, salvo Fernando Chávez Méndez, cuya capacidad concertadora y conciliadora está fuera de duda; los otros que suenan son Pablo Valladares y Elías Pecina. Hagan sus apuestas.

EN EL PAN

Mientras tanto en el PAN se preparan a iniciar sus cambios a partir de la primera quincena de diciembre, pero podría adelantarse si se realiza antes el proceso de cambio de su presidente nacional.

Hay versiones de que Damián Zepeda pedirá licencia a la presidencia nacional del PAN a fin de dedicarse de lleno a la tarea legislativa del Senado, donde inician sesiones el primero de septiembre, y dado que la renovación es estatutaria, eso llevaría a adelantsr el proceso también en SLP.

Independientemente de quien asuma el liderazgo nacional panista, muchos confían en que aquí volverá el panismo tradicional. lo que tampoco impide que el relevo de Xavier Azuara salga de entre esas alianzas coyunturales que trazó con el neonavismo que representa se tocayo Naca Palacios.

El problema es que los azuaristas de cepa, algunos diputados locales y federales salientes y electos, que planeaban ir de la mano hasta el 2021, no quedarían muy satisfechos de que un javierista les coma el mandado por más panista tradicional que éste sea.

Aunado a la reducción presupuestal de los partidos, el próximo dirigente estatal del panismo potosino tendrá que sudar la camiseta para reagrupar a  su partido y ponerlo en condiciones de competitividad.

Obviamente se descarta a Sonia Mendoza y lo que queda del Círculo Azul no solo por el desprestigio de sus diputados locales salientes sino porque están muy divididos y no tienen acceso a la mayoría de los militantes que votarán en esta interna.

GALLARDO EN EL PRD

Por su parte en el PRD es un hecho que será el actual alcalde, Ricardo Gallardo Juárez, quien encabece los esfuerzos del Sol Azteca por recuperarse de la cuarta posición en la que lo dejó en SLP, la marabunta morenista.

También mencionan a su hijo, Ricardo Gallardo Cardona pero, por exigencias del CEN negro-amarillo tiene que aplicarse como legislador de tiempo completo, dado que es diputado federal electo.

De no ser ninguno de los dos, nombrarán a un tercero; alguien de sus enteras confianzas. El caso es que la historia de la gallardía, al parecer, no terminó el primero de julio sino que seguirá dando la batalla con miras a reposicionarse los próximos 3 años.