De vacaciones con su familia, en Italia, Matías Almeyda cumplió con su palabra y atendió a una cadena deportiva sin dejar de lado la aclaración sobre el por qué echó anclas en Guadalajara para residir: “Decidimos quedarnos por varias razones. En esta profesión tan nómada, con mi familia tratamos de serlo lo menos posible y mis hijas van al colegio, armaron su grupo de amigos. Están en una edad clave: una tiene 17, la otra 15 y la más chiquita 12. Necesitan un lugar. Nosotros mismos tenemos amigos y un mundo ya hecho en estos dos años y ocho meses viviendo en la ciudad: compramos un departamento, estamos instalados. Por eso, decidimos que esperaremos el próximo destino en México. Por ahora, hasta saber próximo destino, viviremos en Guadalajara”, y luego agregó: “Cuando inicias en esta carrera, sabes que vas tener cambios de residencia permanente. De hecho la mayoría de mi cuerpo técnico también se quedó en la ciudad”.
–¿Cómo transitas tu primer tiempo libre desde que decidiste ser entrenador? Porque desde que empezaste prácticamente no paraste. -Es verdad: no paré. Esta es la primera vez con tanto tiempo libre sin saber qué deparará el destino profesional. Lo llevo bien, disfrutando de otras cosas: sobre todo de mayor cantidad de tiempo con la familia que es la que más padece mi profesión y ausencias. Comparto un viaje como este, por ejemplo, que antes era prácticamente imposible. Hacia mucho tiempo que no pisábamos Italia, lugar donde vivimos mucho tiempo. Acá hicimos muchos amigos. Desde ese lugar, disfrutando mucho. Es como que estoy oxigenándome para lo que viene.
-Llegaste a un equipo que estaba complicado futbolísticamente y diste vuelta ese inconveniente. A la distancia, ¿Cuál es tu balance?
-A la distancia puedo asegurar que soy un agradecido por el grupo de jugadores que dirigí. Gracias a esos, que fueron grandes intérpretes, hemos ganado mucho más de lo que se pretendía. Obviamente hemos crecido todos: ellos como jugadores y nosotros como cuerpo técnico. Mi balance es altamente positivo. Creo que nuestro paso por Chivas fue excelente. Estar en un club dos años y ocho meses, llegar a siete finales obteniendo cinco y perdiendo dos es mucho, indiscutiblemente mucho. Puede parecer algo sencillo pero realmente es muy difícil lo que hicimos.