La noche de los cuchillos largos

El sistema de partidos políticos después de las elecciones del pasado primero de julio, según los resultados obtenidos se queda con una profunda herida, desde antes del proceso ya se percibían síntomas críticos: el desapego a su identidad, la corrupción en gobiernos identificados con diferentes siglas, la deslealtad en buen número de sus liderazgos y las batallas intestinas, han sido causas de un debilitamiento institucional.

El Movimiento de Regeneración Nacional por sus siglas MORENA, se ha mantenido desde su inicio con una estructura monolítica, es el único sobreviviente sano y al obtener un triunfo con abrumadora mayoría, el riesgo de transformarse en un partido de Estado al girar alrededor de un solo hombre tiene amplias posibilidades.

A partir de la premisa de que el sistema de partidos políticos es esencial para la consolidación y desarrollo de las democracias, dada la función que deben desempeñar, eso nos conduce a la necesidad de contar con instituciones vigorosas, que aglutinen verdaderos liderazgos sociales, con expresión de pensamiento plural y debatan sobre los problemas del país, que sean verdaderos interlocutores con legítima representatividad.

Sin embargo, el reto se torna difícil, la verdad es que fueron atropellados producto de sus propias acciones, algunos de ellos quedaron maltrechos, en franca agonía, a punto de desaparecer. Comenzó la distribución de culpas y por ende, la noche de los cuchillos largos, luchas intestinas, purgas y ánimos revanchistas para apoderarse o continuar en la conducción partidista, algunos inclusive creyendo que resurgirán como el ave fénix, de entre las cenizas.

Es fundamental comprender que el sistema de partidos es necesario para el desarrollo democrático del país, no obstante, su subsistencia dependerá de la capacidad de los dirigentes y liderazgos en aras de su necesaria transformación, a efecto de que se encuentren en aptitud de cumplir con eficacia la función constitucional que se les encomienda.

En estos momentos tienen un doble papel, el de la interlocución con el gobierno para construir una agenda de cambio y, a la vez, paliar el temporal y avocarse a la reconstrucción de las instituciones Político-Partidistas, echar mano de sus mejores cuadros, aplicar la política del perdón, la depuración vendrá de manera natural,  y reconstruir sobre bases sólidas, modernas y democráticas, pues finalmente no es el México que quieren los Partidos Políticos, sino los Partidos Políticos que necesita México.