Roger Federer y Rafael Nadal avanzaron a cuartos de final en el Torneo de Wimbledon

El suizo Roger Federer cumplió con su cita para lograr los cuartos de final de Wimbledon al vencer al francés Adrian Mannarino, por 6-0, 7-5 y 6-4, y acceder a esa ronda por decimosexta vez en su carrera. Desde la tercera ronda de final del Abierto de Australia en 2015, cuando cayó ante el italiano Andreas Seppi, Federer no ha fallado para inscribir su nombre en esa instancia en todos los grandes que ha disputado desde entonces (faltó al US Open de 2016 y Roland Garros en 2016 y 2018).

Ahora será la 53 ocasión en la que el suizo jugará unos cuartos del Grand Slam. Nadie más lo ha hecho tantas veces. Su rival en esa ronda será el ganador del choque entre el surafricano Kevin Anderson, finalista del Abierto de EE.UU. el año pasado, y el francés Gael Monfills. Con ellos su balance es de 4-0 con el primero y de 9-4 con el segundo. (Lea también: Cabal y Farah cayeron en octavos de final en Wimbledon)

En el segundo turno, quien ganó su correspondiente partido fue el español Rafael Nadal, quien derrotó al checo Jiri Vesely en tres sets, con parciales 6-3, 6-3, y 6-4 en una hora y 53 minutos.

«Es una victoria muy importante para mi, porque desde 2011 no estaba en cuartos», dijo Nadal nada más acabar. «Lo importante es que jugué bien, y que tengo opciones de seguir jugando. El ha comenzado a jugar bien desde el fondo de la pista, y cuando cedí mi servicio luego ataqué de nuevo hasta encontrar la victoria», resumió el español.

Siete años le ha costado a Nadal figurar entre los ocho últimos de Wimbledon. Todo ha sucedido después de la final que perdió contra el serbio Novak Djokovic en 2011. Con la victoria de este martes el español ganó su partido 47 en Wimbledon (47-10), el 241 en el Grand Slam (241-34), y el 65 sobre hierba (65-18). Este año lleva ya 34 victorias y solo dos derrotas. (Vea también: Las aspiraciones de los colombianos en el Tour: Análisis de Santiago Botero)

Dos partidos separan a cada uno (cuartos de final y semifinales) para que jueguen el duelo que todos quieren, una final. Como en aquella mítica de 2008 en la que un joven español derrotó en cinco sets al que era en ese momento el mejor tenista de todos.

La lucha por el número uno es de 50 puntos.