Después del 1 de julio en todos los partidos políticos que operan en el Estado de San Luis Potosí, inclusive aquellos de corte familiar como el partido conciencia popular y el partido verde harán cambios en la estructura de su partido.
Es común que después de un proceso electoral los partidos políticos queden fragmentados, pero no se puede comparar el actual proceso electoral con elecciones pasadas por lo menos durante los últimos 90 años.
Las reformas electorales que estuvieron llenas de intereses partidistas en el Congreso de la unión trajeron como consecuencia un auténtico caos, una debacle en el actual proceso electoral. Entre otras cosas porque permitieron la reelección en todos los cargos de elección popular, por ahora exceptuando gobernadores y presidentes de la República (esa es una etapa que vendrá en la siguiente reforma).
Asimismo la reforma electoral no sólo permitió, sino que auspicio las coaliciones y alianzas entre diferentes partidos. Habiéndose dado alianzas tan raras o sui generis como PRD-MC-PAN; que en la práctica no se dio casi en ningún punto de la República mexicana dejando sólo al candidato presidencial.
La esencia de los militantes del PAN y el PRD es totalmente opuesta y acabamos de ver cómo en el municipio de San Martín Chalchicuautla miembros de estos dos partidos que oficialmente forman una alianza política se amagaron frente a frente con armas largas de grueso calibre por motivos de carácter político de ese municipio; es fácil entender que allí no se promovió al candidato a la presidencia de la República de esta alianza política.
También política, económica y socialmente quedaron muchos militantes de todos los partidos lastimados profundamente. En esta ocasión seguramente que no va a funcionar la llamada “operación cicatriz” que se aplicaba en todos los partidos políticos después de los procesos electorales.
Para San Luis Potosí vienen tiempos sumamente caldeados y con intereses económicos enormes ya que para 2021 habrá elección de gobernador, presidentes municipales, diputados locales, y diputados federales.
El gobierno del Estado de San Luis Potosí tiene un presupuesto inicial anual de 60 mil millones de pesos, además de lo que perciba por otras aportaciones extra que le envía la Federación y que llegan a elevarse hasta 70 o 90 mil millones de pesos.
Ayuntamientos como el de San Luis Potosí reciben un promedio de tres a cuatro mil millones de pesos al año.
Esos recursos se destinan comúnmente a “obra pública” y en esto existen muchos intereses muy bien asentados entre los propios políticos y otro tipo de personajes que les interesa quedarse con la mayor parte de todos esos volúmenes millonarios de pesos.
Por lo que las ideologías que dieron origen a los partidos políticos en México ya quedaron sumamente rebasadas y en el olvido. Ahora lo que importa son los intereses económicos y la ambición de ejercer el poder para obtener recursos económicos como lo son concesiones mineras, permisos para explotación de petróleo por medio del fracking, concesiones para explotación de autopistas y otros permisos y licitudes así como contratos millonarios para prestación de servicios que extiende el gobierno del Estado y los Ayuntamientos; todo esto en el Estado de San Luis Potosí.
Hoy las ideologías políticas o filosóficas han muerto ante el poder enorme y aplastante del dinero.