Samsung Q9F, el desafío definitivo a las pantallas OLED

Desde luego, hay que admitirlo. Con su nueva Q9F Samsung ha puesto en el mercado el que posiblemente sea el mejor televisor con tecnología LED del momento. Y no solo eso, sino que gracias a sus últimas tecnologías de imagen, como Direct Full Array, que permite un contraste y una profundidad excepcionales, ha conseguido aproximarse más que nunca a la calidad y gama de negros de los televisores OLED, ya saben, esos que no necesitan paneles traseros de bombillas para iluminar la pantalla. Las pruebas llevadas a cabo por ABC no dejan lugar a dudas, y en muchas escenas y situaciones resulta prácticamente imposible distinguir si estamos ante una u otra de estas dos tecnologías.

Pero veamos. Antes incluso de conectarlo, lo primero que sorprende del nuevo televisor (la prueba se ha llevado a cabo con uno de 65 pulgadas) es la extrema facilidad de montaje. Pocos pasos, sencillos y al alcance de cualquiera, incluso de los más «patosos». Un único cable, que se oculta hasta hacerse prácticamente invisible, conecta la pantalla con el hub o caja de conexiones, que podemos elegir tener a la vista o dentro de un mueble. Si optamos por la segunda opción, lo único que veremos en nuestro salón, o dormitorio, será una enorme pantalla sin bordes y que además se puede fundir con el entorno gracias a la nueva función Ambient Mode, de la que hablaremos enseguida.

En el hub, ahí sí, podremos conectar todos los dispositivos externos que queramos, desde consolas de videojuegos a descodificadores de todo tipo. El nuevo Q9F se lo traga y lo reconoce todo. Y por su nombre, lo que nos hará mucho más sencillo reconocer cada dispositivo conectado en pantalla.

Gracias a la tecnología 4K UHD, además, ya no es necesario que estemos a una gran distancia de la pantalla para disfrutar de ella sin dañar nuestra vista. Muchos no lo saben, y optan por televisores de menos pulgadas por falta de espacio, pero eso se cabó. De hecho, basta con que haya una distancia de apenas 1,9 metros para ver perfectamente una pantalla de 65 pulgadas. Una de 55 pulgadas reduce la distancia a 1,6 metros y, para los más exigentes, la distancia a la que debemos estar de pantallas de 75 y 82 pulgadas es de 2,1 y 2,4 metros, respectivamente.

El «Always on» de los televisores

Ambient Mode es una nueva función que permite, por primera vez en un televisor, algo similar a lo que el sistema «Always on» permite en los móviles. Es decir, recibir noticias o mensajes en pantalla incluso cuando el televisor está apagado. Pero sin duda su función principal tiene que ver con la decoración. De hecho, podemos elegir entre un variado catálogo de imágenes y seleccionar la que mejor combine con el estilo de la habitación en la que está el televisor. Y si ninguna nos convence, podremos también hacer nuestra propia foto y llevarla a la pantalla.

En otras palabras, Ambient Mode hace que el televisor esté siempre encendido, y mostrando la imagen que hayamos elegido para integrarse con la decoración de nuestra casa. Pero tranquilos, eso no significa un mayor consumo, ya que el uso de esta función durante tres horas al día solo implicaría, según Samsung un gasto de electricidad de 10 euros al año.

Además, un sistema de detección de presencia hace que Ambient Mode solo funcione cualdo hay personas delante. Si todos abandonan la estancia, la pantalla se apagará totalmente en un plazo de apenas un par de minutos.

Configuración para «dummys»

También la cnfiguración del televisor resulta extrordinariamente sencilla, y se puede hacer bien a través del mando, una maravilla de la que hablaremos más adelante, bien con el móvil, previa instalación de la app Samsung SmartThings. En ambos casos, el televisor nos va guiando a lo largo del proceso con instrucciones claras y sencillas. En un par de minutos, habremos configurado todos los parámetros y conectado todos los dispositivos externos que tengamos.

Y aquí es, precisamente, donde entra en juego el mando, llamado «One Remote Control». Algo realmente único en el mercado y que, con apenas media docena de botones (nada de interminables paneles de números) permite manejar todas las funciones. De forma plana y muy pequeño de tamaño, el mando se convierte además, como por arte de magia, en un controlador universal con el que manejar sin problemas todos los dispositivos que tengamos conectados al televisor. Se acabaron las mesas repletas de mandos a distancia, uno para cada aparato. Y lo mejor es que no tenemos que hacer absolutamente nada para que el mando reconozca a los demás dispositivos. Bastará con que, al conectarlos, respondamos a una sencilla pregunta: ¿Quiere manejar el nuevo dispositivo con el mando del televisor?