Lübeck, la joya medieval que no conoces en el norte de Europa

Durante la Edad Media, Lübeck fue capital de la Liga Hanseática, un punto clave en ese imperio comercial que se desarrolló a orillas del Mar del Norte y del Mar Báltico por donde circulaban mercancías como madera, trigo o ámbar desde Alemania hasta Rusia.

Una ciudad marinera a la que acuden hoy miles de turistas para descubrir sus monumentos más emblemáticos: iglesias, almacenes de sal y otros edificios civiles, casi todos con su característico ladrillo rojo, en los antiguos barrios de esta ciudad pintoresca bañada por los ríos Trave y Wakenitz.

Holstentor, la «Torre Eiffel» de Lübeck

La primera cita en Lübeck es la puerta de Holsten, el gran icono de la ciudad por ser la entrada del casco antiguo y el símbolo del poder de la antigua reina de la Liga Hanseática. Conviene observar la puerta desde fuera de la ciudadela cuando los pintores se acercan a plasmarla con los últimos rayos de sol y el cielo se tiñe de rojo.

El histórico Ayuntamiento

La UNESCO reconoció el centro histórico de Lübeck en 1987 como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Era la primera vez que lo hacía con una ciudad del norte de Europa y se entiende cuando se explora esta joya medieval.

Son muchos los edificios interesantes de esta «reina de la Hansa», pero el conjunto arquitectónico del Ayuntamiento (1484) está a la cabeza. En el consistorio resaltan sus ladrillos oscuros. Se cuenta que fueron cocidos con una complicada mezcla de sangre de buey, ceniza y otros elementos secretos.

La iglesia de Santa María

El templo es el tercero en tamaño del país gracias a las torres gemelas de su fachada que alcanzan los 128 metros (la nave de ladrillos mide 38,5 metros y está considerada la más alta del mundo), pero la mayor fama de esta iglesia gótica proviene de su vinculación a la música sacra y a sus conciertos de órgano.

La mejor vista de la ciudad

Desde la Torre de San Pedro, la iglesia de la Universidad, hoy sede de exposiciones de arte, eventos culturales y de un mercadillo. En la parte más alta, a 107 metros, se divisa completamente la Iglesia de Santa María y los canales que rodean a la ciudad vieja.

El mazapán

Lübeck es famoso por su industria del mazapán y su historia se remonta a 1806.

El último museo

Inaugurado en mayo de 2015, el Europäische Hansemuseum es la nueva atracción de Lübeck y permite descubrir toda la historia de la Liga Hanseática con una combinación de ambientes y escenas históricas recreadas a la perfección. Se encuentra en el antiguo castillo-convento Burgkloster, recientemente restaurado en todas sus estancias.

Buscando el Mar Báltico

En 20 minutos en tren se llega desde Lübeck a Travemünde, y hay que apearse en la parada de Strand (playa). Situado en la desembocadura del río Trave, en la que permanece el viejo faro de 1539, el más antiguo de Alemania, junto a las modernas tumbonas de mimbre que protegen del viento en la cercana playa de Timmendorf, Travemünde es un punto crucial para ferries y cruceristas con destino a Rusia, Escandinavia y Repúblicas Bálticas.

Un velero llamado Passat

La visita al Passat, un velero de cuatro palos que hizo más de 30 travesías a América y a Australia, es cita obligada en Travemünde. Hoy este barco de tres mil toneladas se ha reconvertido en museo.

En verano se puede pernoctar en alguno de sus camarotes