La responsabilidad de los actores en la elección

No es difícil escuchar que frente a la responsabilidad ciudadana de sufragar en una elección, miles de mexicanos señalen que: “Todos los candidatos son iguales, no hay ni a quien irle”,

Tendríamos que partir en primer lugar de conocer que en un proceso electoral juegan un papel toral, sobre todo tres actores: los candidatos, los órganos electores y por supuesto, los votantes; sin los cuales no tendría caso organizar ninguna elección.

Claro que hay otros actores de peso como el partido en el poder y el grupo empresarial que le apoya, los medios de comunicación y hoy en día, las encuestas de opinión.

Cada una de las figuras del proceso electoral, descritas en general, tiene distintos retos y responsabilidades.

Empecemos por los candidatos así como sus partidos políticos o quienes aspiran por la vía independiente –aun cuando en esta elección federal de 20l8, no todos los aspirantes en ese renglón, jugaron limpio, hubo contadas excepciones.

Para la venidera elección del primero de julio, todos los candidatos  saben que el hartazgo del gobernado hacia la clase política, es el primer reto al que se enfrentan pero también habrán de tener en cuenta la falta de su cumplimiento de promesas y hasta las numerosas  traiciones hacia la misma vida de los mexicanos.

La carga de cada candidato como “hacedor de sueños”, es enorme, y aquello de cumplir o que el pueblo se los demande, es cada vez más riesgoso.

Importantísimo para estos actores, la redición de cuentas de sus gastos y acciones.

Por su parte los órganos electorales no solo tienen el desafío de organizar, fiscalizar y calificar las elecciones, también tienen la responsabilidad de la imparcialidad.

Antes de que el proceso de este año sea calificado, ya estas instituciones muestran fallas, deficiencias y hasta provocan “cejas levantadas”, cuando dan cabida a tramposos o ineptitudes por decir los menos.

Los ciudadanos tienen un gran compromiso.  El de votar.  Esa es una tarea de la que en cualquier rincón del país se tiene idea de lo que implica.

Cierto que no todos los gobernados tienen acceso a la información en tiempos o no de elección, incluso son hasta acosados para vender su sufragio o hasta sufren amenazas para efectuarlo en el sentido conveniente de quienes se los exige.  Pero quienes sí tenemos acceso a la información y más materiales educativos e informativos tenemos hasta la obligación de acercarnos a estos.  No es válido decir que “todos los candidatos son iguales” y/o “no hay a cual irle”, evadiendo nuestras responsabilidades y obligaciones ciudadanas, y luego quejarnos por cómo nos despojan a nombre de la patria.

Los empresarios, los medios de comunicación y los encuestadores, también tienen un papel muy activo e importante por el vehículo masivo para expresarse; unos desde el poder y sus foros infaltables, los otros por el medio de comunicación con el que algunos hasta se erigen como jueces en tribuna para cientos o miles de espectadores.

En este apartado, son infaltables las redes sociales que también se han convertido en una trinchera de expresión y debate infaltable.

La realdad es que en cada elección las reglas van cambiando pero las responsabilidades, los compromisos, los derechos y  las obligaciones, más que similares.

Por sexenios en la historia democrática del país, el PRI detentó todo el control de Gobierno, hoy los escenarios son diametralmente distintos, y las piezas a elegir, no todas iguales.

Para advertir… La elección federal de este 2018 es sin duda un llamado a la responsabilidad.  No hay más.