Riqueza

Veía en una pantalla en un aeropuerto mexicano que el pasado 22 de mayo se celebró a nivel mundial el Día de la Diversidad Biológica. También este 2018 se cumplen 25 años de la firma del Convenio sobre la Diversidad Biológica.

De acuerdo con la página de la SEMARNAT (gob.mx/semarnat/articulos/dia-internacional-de-la-diversidad-biologica-157276?idiom=es), este convenio “es el instrumento internacional para la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos, que ha sido ratificado por 196 países”.

Igualmente, en el texto referido se menciona que México cuenta con 182 Áreas Naturales Protegidas a lo largo del territorio nacional, con más de 90 millones de hectáreas manejadas (bien o mal, ese es otro punto, sabemos bien que algunos ecosistemas protegidos ni siquiera cuentan con un Plan de Manejo) bajo esquemas de protección marina y terrestre, con ecosistemas indispensables en la vida y la economía de sus habitantes; y que además poseen especies únicas de flora y fauna.

Regresando a lo que se presentaba en la pantalla, también se mencionaba que México, a pesar de tener solo el 1% de la superficie mundial, contiene el 10% de la biodiversidad del planeta. Esto es, es uno de los países considerados como megadiversos (nuestro país ocupa el cuarto lugar en biodiversidad, después de Brasil, Indonesia, y Colombia).

Por cierto, ¿sabía usted que el Programa de la ONU para el Medio Ambiente declaró en enero en Fiji al 2018 cómo el Año Internacional de los Arrecifes de Coral? El Programa presentó una nueva alianza con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) de respuesta urgente para combatir el daño de los corales (news.un.org/es/story/2018/01/1425331).

«Este es un año decisivo para los arrecifes de coral del mundo», dijo Erik Solheim, jefe del PNUMA, que anunció el próximo lanzamiento de un análisis detallado del estado de los arrecifes de coral del Pacífico, donde se informa que estos están generalmente mejor conservados que otros lados, pero que la estructura y los tipos de corales están cambiando, lo que afecta los servicios ecosistémicos proporcionados por los arrecifes, y que, en las últimas tres décadas, la mitad de los corales del planeta ha muerto debido al aumento de la temperatura del agua y la acidificación de los océanos. Cuidemos nuestra riqueza … GSL