El Degollado tiene un nuevo huésped

El Teatro Degollado tiene un nuevo huésped, y es que desde hace unos  días llegó a sus instalaciones un piano de cola de la marca Steinway & Sons, modelo D, que entregó en comodato la Fundación Jesús Álvarez del Castillo a la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ). Durante el proceso de la mudanza estuvo presente Sergio Alejandro Matos, director del Festival de Mayo, quien compartió que su relación con el instrumento es larga: “Recuerdo que Jorge Álvarez del Castillo me mandó llamar y me dijo que quería un piano para la Fundación. Fui a Nueva York a escogerlo”.

Agregó que el proceso de selección duró una semana: “Me tocó escogerlo, comprarlo. Tengo el gusto de haber elegido prácticamente todos los pianos de cola de la ciudad. Pero, particularmente el de la Fundación me parece que es el mejor. Es una cosa maravillosa.

Me tocó visitar la fábrica en Nueva York. Escogí el piano entre una amplia selección. No hay ni 20 pianos de la calidad de éste en todo México. Fue una oportunidad única poder ir, tocarlo, hacer pruebas y escogerlo”. Sobre la mudanza del Steinway & Sons al Degollado, señaló que con esta entrega se busca actuar en favor de la comunidad y aclaró que “es un comodato por tiempo indefinido y esperamos que se use mucho”. Explicó que, aunque el piano será para beneficio de la OFJ, “tendrá dos pianos, hoy sólo tenían uno”; también, será empleado en eventos como el Festival Cultural de Mayo.

EL TRASLADO EN IMÁGENES

  • EL EMBALAJE

La mudanza comenzó al salir el Sol con la colocación de lonas protectoras por parte de expertos. El equipo encargado de mover el instrumento musical envolvió con sumo cuidado la superficie de madera para después inclinarlo y poder retirar sus tres patas junto con los pedales. Los profesionales hicieron los amarres con grandes cinchos, sogas y ligas destinadas para mover objetos de gran tamaño y valía.

  • PIANO AL AIRE

Una vez envuelto, el siguiente paso fue el más vistoso para los presentes. La antigua ubicación del piano era el primer piso de la Fundación, por lo que para su traslado al Teatro Degollado hubo que descenderlo a la planta baja. Sin embargo, las escaleras y el elevador no eran una opción, por cuestiones de espacio y maniobra, por lo que el método para lograr su descenso fue el “volado”: una grúa se estacionó en la calle Liceo.