Alejandro Sanz, el cantante y pintor expone a la Familia Real en Nueva York

Domingo Zapata conoció a Alejandro Sanz a través de Vicky Martín Berrocal, que le llevó hace unos años a un concierto en Madrid. La amistad entre el artista mallorquín y el cantante fue creciendo. Cuando visitó su casa en Miami descubrió la pasión oculta del intérprete: la pintura. Hace un año decidieron hacer un proyecto juntos, que ahora se expone en el barrio neoyorquino de Chelsea bajo el título Smile, sonrisa.

“Hizo los bocetos en un cuaderno, los pasamos al canvas y luego los pinté”, explica Zapata frente a un enorme lienzo titulado The Royal Family,  el primer cuadro que se ve al entrar a la muestra. “La pintura está aún fresca”, comenta señalando los trazos que dio Sanz horas antes de la inauguración. La composición final podría recordar de una manera abstracta y respetuosa el desencuentro en Palma de Mallorca entre la reina Letizia y doña Sofía.

“El amor no existe si no hay alguna vez un pequeña discusión”, explica el pintor afincado en Nueva York. Aunque los elementos que parecen en la obra podrían ser perfectamente los integrantes de la Familia Real española, el cantante insiste en que es una visión genérica. “Representan en cierto modo que todos somos seres humanos y que todos somos reyes”, comenta Sanz.

El propio Sanz aparece en el cuadro, junto al perro real. Zapata está pintado en el otro extremo, en un minibar junto al Rey. La Reina se identifica en el centro por el trazo rosa intenso. “Hay tantas cosas bonitas e importantes de las que hablar”, valora. El resto de la muestra son sonrisas, “gente que pasan por tu vida, que ha sido buena, amable. Igual no recuerdas cómo se llaman, pero no las olvidas”.

La exposición está integrada por casi una treintena de obras. Tres de ellas son trabajos que Alejandro Sanz hizo en solitario hace 15 años. “Lo que queremos mostrar es que no empezó a pintar ayer”, señala ante un lienzo en el que se ve a una mujer crucificada.  “La pintura también es para él una forma de expresión como artista, lo que he hecho es rascarle un poquito y sacarle el veneno”, asegura.

Sanz dice que cuando pinta no puede parar. La pintura les hizo amigos y la muestra celebra eso. Cada pieza fue trabajada simultáneamente utilizando los antecedentes musicales del cantante. Zapata recurrió a colores sólidos vibrantes y trazos enérgicos para crear una sensación de grafiti. “Era un reto para los dos”, reconoce, “pero tuve la ventaja de que pintaba con su música antes de conocerlo”.

“La colaboración produce una trabajo artístico muy interesante que evoca el espíritu de Picasso y Condo con un cierto estilo”, señala Philippe Hoerle-Guggenheim, fundador de la galería de HG Contemporary y anfitrión de la muestra, que estará abierta hasta el 15 de mayo. El galerista señala que Sanz es ya una forma de arte en sí misma, “que ahora se expresa de una manera pura en el lienzo”.

La intención es que la muestra sea itinerante. En junio se expondrán en Madrid antes de viajar por América Latina. Se desarrolla en paralelo a una serie de vídeos en las pantallas de la plaza de Times Square, que dan la bienvenida a los visitantes. En uno sale Sanz y la semana que viene va a pedirle que participe al Papa Francisco, haciendo un grafiti ante la cámara que diga que la educación empieza por el arte.

El artista mallorquín, que luce una Virgen del Rocío en su brazo izquierdo, es el creador del mural que domina la entrada de la Torre de la Libertad en el World Trade Center, el emblemático rascacielos que emergió en el vacío de las Torres Gemelas. También tiene una crucifixión en la catedral de Palma hecha con espray. “Uno pinta para que la gente lo pueda apreciar y disfrutar durante años, años y años”, dice.

Zapata se considera un artista neoexpresionista. “Nací con el don de poder pintar lo que veo”, explica, “pero para pintar lo que se siente no hace falta tener talento”. “El arte es composición y la composición es lo que crea la sensibilidad que transmite a la gente y que llega a la gente. Es una gran terapia. Pero es maravilloso que Alejandro Sanz haga este proyecto conjunto”, concluye el pintor.