El cigarro, un asesino silencioso que afecta a todos

– La OMS estima que casi 6 millones de fumadores activos mueren al año y 600 mil al año que no fuman activamente.

Dieciséis mil peruanos al año mueren a causa de enfermedades relacionadas al cigarrillo. Una cifra que refleja un problema de salud pública que afecta al mundo y que es la principal causa de enfermedades que pueden prevenirse.

Muchas son las enfermedades que tienen al tabaco como señal de riesgo. El cáncer, principalmente el que afecta al pulmón, es el de mayor mortalidad. José Luis Cabrera, médico neumólogo comenta que es larga la lista de las enfermedades vinculadas al consumo de cigarros.

«Derrames cerebrales, hipertensión arterial, tromboembolia pulmonar, problemas de coagulación y degeneración nerviosa, falta de concentración y presencia de ansiedad. En el caso de las mujeres, se presentan diagnósticos de infertilidad. Ya durante el embarazo, se pueden presentar malformaciones congénitas, además de abortos espontáneos y de bajo peso.

 En los varones, el tabaco genera problemas de infertilidad y de disfunción erectil», explica.

Además, las enfermedades obstructivas son comunes en personas con consumo de tabaco elevado. El médico internista José Carlos Mansilla explica que los síntomas inciales son fácilmente reconocibles. «Pacientes que tienen disminución en la irrigación arterial de los miembros inferiores, ya que el tabaco produce más rigidez en relación a ese nivel», comenta.

Los efectos negativos del tabaco en la salud no solo afecta a los fumadores sino también a las personas que se ven expuestas al humo del cigarro. Los bebés y niños son la mayor población en riesgo, incluso en la etapa prenatal. «El bebé expuesto, intraútero y extraútero, puede presentar problemas respiratorios, alergias, asma, problemas en el crecimiento, diabetes y de desarrollar problemas mentales como esquizofrenia», comenta Cabrera.

 

La nicotina, principal elemento que conforma el cigarrillo, es la tercera sustancia más adictiva del mundo. El peligro radica en que esta sustancia tarda solo 4 segundos en llegar a zonas sensibles del cerebro y producir una falsa sensación de placer. El cigarrillo electrónico no es una opción recomendada, el humo es igual de dañino que el del tradicional.

«Hay una serie de publicaciones que demuestran que, sobre todo en poblaciones sensibles, como la más joven, el consumo de cigarro electrónico incrementa el papeo y la frecuencia de uso. Esto se debe a que hay una creencia o falsa sensación de seguridad detrás, que induce a consumir más. Por otro lado, se ha demostrado que el humo que se exhala también tiene sustancias químicas que pueden provocar infecciones y primeros indicios de cáncer», explica el neumólogo.