* Sin freno voracidad y abusos de taxistas
* Hacen su agosto con el Festival de La Cantera
* Total incapacidad de la SCT por meterlos al orden
Por: El Diablo Cojuelo
HICIERON SU AGOSTO. – Ante la “tolerancia” de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes Estatal, por la ineficiencia que ha mostrado desde que asumió el cargo el junior Ramiro Robledo, los taxistas hicieron su agosto en pleno abril, gracias al Festival de La Cantera, cuyo evento principal terminaba por lo general después de las 23:00 horas, cuando ya no había servicio de transporte urbano.
COBRABAN LO QUE QUERÍAN. – Así tenemos que los ruleteros, dejaron a un lado el taxímetro y ante la gran demanda, incrementaron la tarifa hasta en un 200%, es decir por un viaje que regularmente en la noche, sale en 50 pesos, pedían al pasaje hasta 150 pesos, sin que la SCT se enterara, además de darse el lujo de escoger el pasaje y determinar si querían o no a ir a la colonia que el usuario les pedía.
DOS EJEMPLOS. – Tenemos dos claros ejemplos. A una pasajera, por llevarla de la Avenida Universidad y Morelos, por el templo de San Agustín, a la colonia Himno Nacional, le cobraron 100 pesos, obviamente sin activar el taxímetro, pero sin llevarla a la calle que pidió, sino que dejándola en la avenida del mismo nombre, porque tenía que regresar de inmediato al centro por más pasajeros, que desesperados por la falta de transporte, tuvieron que aceptar el chantaje y robo de este tipo de taxistas.
EL OTRO CASO. – En la calle de Constitución, frente a la Alameda, se formaban decenas de taxi esperando pasaje, pero no para llevarlo a su casa, como ocurre en la Fenapo, saliendo la primera unidad de la fila, sino que antes de ser abordados, le preguntaban al pasaje a dónde iba y si no les parecía le decían de plano que para ese rumbo no iban.
TAXI 2331.– Un caso concreto, en donde el usuario memorizó el número económico de la unidad, fue el del carro 2331, de los verdes, y cuando quiso abordarlo, el taxista le pregunto a donde iba y cuando le indicó que a la Nuevo Progreso, luego de pensarlo por varios segundos, le dijo: “si lo llevo, pero le sale en 150 pesos”. Obvio que el usuario protestó y le dijo que normalmente le cobraban 50 pesos. En forma prepotente el ruletero, cuya unidad olía, es más literalmente apestaba a sudor, le contesto que entonces siguiera buscando que unidad de las formadas frente a la Alameda, lo quería llevar por 50 pesos.
QUÉ HARÁ LA SCT. – La denuncia pública para la SCT estatal ahí está, con número económico del taxi. La pregunta que nos hacemos es si la dependencia actuara al respecto, de oficio, como manifiesta la Fiscalía del Estado la CEDH cuando se hace una denuncia a través de los medios de comunicación o seguirá cruzada de brazos, porque tal vez esta es una de las unidades que la dependencia o algunos de sus funcionarios “protege”.
AÚN HAY MÁS. – Como diría Raúl Velazco y en nuestra columna de mañana abordaremos más anomalías de la dependencia, pero también de los abusos de los concesionarios, los dueños de las unidades y permisos, hacía los choferes. Sobre el taxi 2331, esperamos que la SCT nos informe que se va hacer o hizo al respecto. Estaremos muy al pendiente de la versión oficial.
AGUANTÓ.- No le fue del todo bien a El Bronco”, en su visita a San Luis, anduvo por la zona comercial donde algunos lo miraban con curiosidad, mientras otros le salieron al paso para gritarle que era “palero” del PRI”, afortunadamente el candidato presidencial aguantó el chaparrón y sus seguidores comenzaron echarle porras al grito de “¡Bronco!, ¡Bronco!”, y la respuesta fue igual por parte de quienes le rechazaban; “¡Obrador!, ¡Obrador!”. Las aguas no se salieron del cauce.
MUCHO TRABAJO.- Pues tiene la Policía Ministerial bastante trabajo con asuntos de alto impacto, los feminicidios, los ejecutados y la verdad no se ve que haya mucho de donde cortar, son cuentos de casos de ejecuciones y no se ve por donde vayan a comenzar a dar resultados, circulan muchas versiones en redes sociales donde se asegura que se trata de algo tan sencillo y a la vez tan complejo, más cuando no hay voluntad de hacer las cosas.