El lugar en Oaxaca par los que aman los carnavales y alebrijes

En Oaxaca la temporada de carnavales no se vive al son de la batucada, la salsa o la jarana, en este lugar los personajes bañados en tinta, pintados con cal o ataviados con sus abultados trajes de trapo son el centro de atracción.

Durante estas festividades que se realizan previo a la Cuaresma, que inicia con el miércoles de ceniza, personajes peculiares de las comunidades recorren las calles para asustar y hacer sus travesuras. Se tratan de una mezcla del bagaje cultural que tienen los pueblos indígenas de Oaxaca.

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San Martín Tilcajete, la cuna de los alebrijes, es un pueblo localizado en la Región de los Valles Centrales, a 45 minutos de la ciudad de Oaxaca, en este lugar hombres, mujeres y niños utilizan máscaras de madera y se pintan el cuerpo con aceite y petróleo.

En esta comunidad, las máscaras son elaboradas con madera de copal y pintadas a mano, se trata del mismo material con el que se crean “los alebrijes”, figuras provenientes del imaginario de los artesanos de la región. La fiesta se prolonga por tres días en los que se desarrolla la cabalgata de caballos bailarines, la corrida de los diablos y la representación de la boda, esta última fiesta tiene como sede la casa de la autoridad municipal en turno.

Carnaval putleco

La fiesta de la danza y de la algarabía también se vive en la región de la Sierra Sur, en el municipio de Putla Villa de Guerrero, este es quizás el único carnaval multicultural del estado, reúne a triquis oriundos de la nación Copala, comerciantes provenientes de la costa, y mixtecos de pueblos como Tlaxiaco o Huajuapan de León.

Durante tres días —previos al inicio de la Cuaresma— se pueden apreciar tres comparsas: los viejos tiliches, la comparsa de Copalas y Las mascaritas, cada una narra con algarabía sus orígenes en el pueblo putleco.

Este carnaval tiene sus antecedentes en el siglo XIX, y en un inicio se realizó en homenaje a los peones de los campos de cultivo. Los trajes de tiliche, los cuales son elaborados con tiras de ropa, llegan a pesar hasta 15 kilos.

El “torito serrano”

Esta festividad tiene como epicentro el pueblito de San Pablo Macuiltianguis, localizado en la Sierra Norte del estado.

Además de los disfraces de distintos colores y personajes, el atractivo principal son los toros de petate, que se traducen en una representación de los hombres y mujeres que bailan en los Lunes del Cerro y en las festividades más importantes de la población.

Muy similar a la fiesta brava, quienes cargan a los toritos hacen hasta lo imposible por derribar a su matador. Los toros de petate llegan a pesar hasta 50 kilos, y días antes del Carnaval se realiza un ritual en el monte de Macuiltianguis.