Mueren casi 200 personas al día en siete años de guerra en Siria

La salida de miles de civiles del enclave rebelde de Guta Oriental y el ingreso de otra caravana de ayuda humanitaria a esa región coincidió ayer con el séptimo aniversario del inicio de la guerra civil en Siria, donde casi 200 personas en promedio han muerto diariamente desde entonces.

Según la televisión local, al menos 10 mil civiles salieron de la sitiada región de Guta Oriental a través de un corredor abierto en la localidad de Hamuriya con rumbo a áreas bajo control gubernamental, aunque el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) da cuenta de 12 mil 500.

Se trata del mayor éxodo desde que el Ejército impuso un asedio en 2013 y desde que intensificó el pasado 18 de febrero sus bombardeos sobre Guta Oriental, último bastión rebelde en las afueras de Damasco, los cuales han dejado más de mil 200 muertos y más de cinco mil heridos.

Los civiles cruzaron a pie el territorio controlado por el gobierno, incluso la televisión Al-Ikhbariya mostró a hombres, mujeres y niños saliendo por el corredor en la localidad de Hamuriya, muchos de ellos casi con lo puesto y algunos con su ropa y colchones cargados sobre sus cabezas.

A su salida de la región sitiada, los civiles fueron trasladados en autobuses al centro de acogida de Al Dueir, precisó la televisión estatal.

El general de brigada ruso, Vladimir Zolotukhin, destacó que “cada hora salen unas 800 personas”, en el mayor movimiento de desplazados que huye de Guta Oriental.

En los últimos dos días, cientos de civiles procedentes de las zonas controladas por otra facción islamista de Guta Oriental, el Ejército del Islam, fueron evacuados de la región a través del corredor del campo de refugiados palestinos de Al Wafidín.

Llegan medicinas y alimentos

Unos 25 camiones con alimentos y medicinas para más de 26 mil personas ingresaron ayer a la ciudad de Duma, la mayor de Guta Oriental y en manos del Ejército del Islam, informó el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

En la caravana viajó el presidente del CICR, Peter Maurer, para ver de primera mano el proceso de distribución de ayuda, además para hablar con los residentes de la zona.