Alexandr Kolyadin, el escultor de la nieve

A sus 44 años, el kazajo Alex Kolyadin compagina su faceta deportiva como competidor en biatlón con la de artista y escultor de figuras de nieve, un trabajo por el que es reconocido en su región.

La relación de Kolyadin con la nieve siempre ha sido estrecha. La inició como miembro del equipo nacional de esquí de fondo de Kazajistán hasta que un accidente de coche en 1997, con 24 años, le hizo perder su pierna derecha.

El deporte fue su motivación para superar el trance y, como motivación, volvió a practicarlo con regularidad. Probó inicialmente la lucha libre, aunque gracias a una invitación del entrenador de esquí de fondo Iván Shishkin regresó a la nieve.

De esta forma, la nieve volvió a convertirse en su forma de vida y el medio en el que mejor se expresa, tanto a nivel deportivo como artístico.

Semanas antes de viajar a sus segundos Juegos Paralímpicos en PyeongChang, Kolyadin estuvo moldeando un montón de nieve con la forma de un tren antiguo para un escaparate en su ciudad de 15 mil habitantes en la región de Kostanay.

El deportista kazajo realiza a veces hasta diez esculturas por semana. Algunas decoran la plaza del pueblo o las instituciones gubernamentales, como la oficina central de Correos o la escuela de música de la localidad. Los temas van desde vehículos hasta animales representativos del centro de Asia o personajes de dibujos animados como Winnie the Pooh.

«El más difícil fue la oveja de montaña», dice Kolyadin. «Tuve que ponerlo en un pedestal grande con unas piernas súper delgadas. Lo hice para que se vea como uno real, con sus enormes cuernos».

Kolyadin suele trabajar solo y no es exigente cuando se trata de su materia prima. Para una escultura normal, un camión llega a la ubicación de la estatua designada y arroja un montón de nieve en el suelo.

Ese es el momento en el que saco una pala y una paleta y con mis dos manos empiezo a crear y moldear», confiesa este artista autodidacta. «No he estudiado arte ni escultura. Simplemente he practicado mucho y he pirateado cosas. Si soy honesto no es muy difícil».

Lo bueno de estar todo el día en la nieve tiene un punto a su favor como deportista, ya que conoce a la perfección el medio en el que se desenvuelve al competir.

«Muchas veces otros esquiadores me preguntan y toman notas. Se sorprenden porque les explico de una manera muy interesante cómo la nieve ralentiza o no ralentiza los esquís, cómo se adhiere o no, y obtienen algo de información nueva que no conocían. De esta forma tratan de hacer la cera de una forma un poco diferente», confiesa.

En 2014 fue nombrado como uno de los mejores atletas de la región de Kustanai, en Kazajistán, y en su localidad es admirado y reconocido por su doble condición de deportista y artista.

En lugar de temer las dificultades, las busco». Ese es su lema y con esa filosofía ha tratado de superar las adversidades.

En Sochi 2014 logró un décimo puesto como mejor resultado en la prueba de 4×2,5 kilómetros y en PyeongChang, en su primera carrera, finalizó decimoctavo en los 20 kilómetros estilo libre.