Zozobra en Tecomán, Colima; autoridades se echan la bolita

Llega la noche y con ella la soledad se apodera de este municipio colimense.

Son pocos los habitantes que deciden salir luego de que el sol se oculta, pues viven en el municipio más mortífero y violento del país. Las luces rojas y azules de las sirenas de las patrullas rompen la oscuridad a su marcha y marcan los puntos críticos y el rugir de las armas atraviesa el silencio.

La inseguridad va para arriba… diario hay muertos, diario se escuchan balazos”, narró Alejandro Silva, habitante del municipio. Acompañado por su esposa, él se apura a beber su vaso con agua para refrescarse de los 34 grados que marca el termómetro. El reloj marca casi las seis de la tarde, por eso la prisa, pues “ya no se puede salir en la noche”.

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), Tecomán finalizó  el año pasado como el municipio más violento del país al  haber registrado 189 asesinatos con arma de fuego, de los 545 perpetrados en el estado, por lo que se traduce a una tasa de 172.51 homicidios dolosos por cada cien mil habitantes, superando siete veces más la media nacional, que fue de 23.40 homicidios por cada cien mil.

Pero las autoridades locales dudan de la eficacia de los parámetros, incluso consideran injustos los estudios hechos, pues argumentan que la población, de 120 mil habitantes de Tecomán, los pone en clara desventaja ante la media nacional.

Si hacemos el estudio en este universo de 120 mil habitantes, los cien mil se repiten en una sola ocasión. Si aplicáramos este mismo método en una metrópolis, como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara, el índice que arrojaría no sería tan grande”, dice Salvador Ochoa Romero, secretario del ayuntamiento de Tecomán.

Mientras los habitantes de Tecomán perciben una violencia más agresiva, ninguna de las autoridades decide asumir su responsabilidad. Para el gobierno del estado la falta de coordinación de los municipios en materia de seguridad ha sido una de las principales causas del clima de inseguridad que se vive en la entidad.

No ha habido una coordinación adecuada, no ha habido resultados contundentes”, dijo el gobernador de Colima, Ignacio Peralta, al hablar sobre la violencia en Tecomán.

“NADIE” ES CULPABLE

Asimismo, el mandatario estatal criticó que son las policías municipales las que no han buscado una coordinación efectiva, ni con el estado ni con la Federación.

Les haría un llamado para que entiendan cuál es el mandato constitucional para que asuman la responsabilidad que les corresponde y que, de manera coordinada, pudiéramos hacer el trabajo mucho más efectivo”.

Por su parte, el municipio culpó a la Federación, pues aseguraron que el nuevo Sistema de Justicia Penal lo que ha provocado es un incremento en la impunidad.

Gran parte del problema, por el que no disminuyen los índices delictivos, se debe al Nuevo Sistema de Justicia Penal, porque establece que necesariamente se debe detener a una persona en flagrancia, y estos asesinatos no se hacen a la luz pública”, consideró Ochoa Romero.

Mientras las autoridades se ponen de acuerdo, los pobladores de Tecomán comienzan a buscar medidas desesperadas. Con apenas 18 años, Armando busca mudarse a la ciudad de Tijuana, en donde tiene familiares. “Me fui a trabajar dos meses allá, cuando terminé el bachillerato. Me regresé y parece que en un mes la cosa se puso peor, me fui en septiembre (de 2017) y cuando regreso, por ahí de noviembre pasado, me di cuenta que la cosa iba de mal en peor”.

Armando realizó un primer viaje por necesidad, quería buscar trabajo para ayudar a su madre. Ahora, la situación es diferente. “No sólo yo, tengo otros amigos que también quieren cambiarse de casa otro estado, o al menos a otro municipio de Colima. Si te das cuenta son muchos chavos a los que matan, a veces no sabemos si por algo o sólo porque estaban donde no debían”.

Y tiene razón, muchos de los asesinados son jóvenes. El caso más reciente fue el del joven regidor de 28 años, Martín Cázares, quien en palabras del gobernador de Colima “tenía una actividad económica lícita”, como agro- productor, que es la principal fuente de empleo y económica del municipio.

Los empresarios de Colima temen por su seguridad y la tranquilidad de sus negocios. Eduardo, asociado de la Coparmex, es propietario de pequeñas franquicias de telefonía móvil. Él ha dejado de invertir por temor: “No puedo abrir una sucursal por miedo a que nos vayan a cobrar derecho de piso o que nos vayan a asaltar”.

Para Eduardo no sólo los empresarios viven ese temor día a día, “uno se da cuenta con los vecinos, con los propios empleados, simplemente ve al banco y retira una cantidad grande de dinero y quién sabe si vivas. A nosotros nos han asaltado ya varias veces”.

En Tecomán nadie está tranquilo. “Uno vive con el miedo porque se balean (los criminales) y no miden que la gente anda en la calle”, dijo Viviana, vecina del centro de Tecomán.

El miedo se ha convertido en el estilo de vida de los tecomenses y aunque el Ejército y la Policía Federal patrullan el municipio, la vida nocturna desapareció, pues niños y jóvenes ya no salen por la noche.

Constancia de la violencia son las primeras planas de los periódicos, pues casi a diario publican asesinatos. La población sólo espera que vivir en la zozobra termine pronto.