El Gobierno brasileño desplegará más tropas en su frontera con Venezuela y comenzará a reubicar a decenas de miles de venezolanos que huyeron al norte del país.
Así lo informó este jueves el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, quien agregó que se realizará un censo para determinar cuántos venezolanos cruzaron la frontera en busca de comida, trabajo y refugio en la ciudad de Boa Vista.
En dicho lugar el alcalde dice que los inmigrantes han puesto a prueba los servicios públicos y de salud de la ciudad.
Sólo en la maternidad nacen cada día cinco niños venezolanos”, dijo la gobernadora del estado de Roraima, Suely Campos, quien pidió al gobierno federal ayuda para atender el flujo migratorio.
Este es un drama humanitario. Los venezolanos están siendo expulsados de su país por el hambre y la falta de empleos y medicamentos», comentó Jungmann a la prensa después de reunirse con funcionarios locales.
Estamos aquí para traer ayuda del gobierno federal y fortalecer la frontera».
Se estima que al menos 40 mil venezolanos cruzaron la frontera a Brasil huyendo del caos político, la inseguridad y la hiperinflación.
Estas personas no están aquí porque quieren. Fueron empujadas para aquí”, agregó el ministro.
El Ejército brasileño duplicará su contingente en la frontera a 200 soldados.
La visita de Jungmann a este estado coincide con un anuncio de Colombia de que reforzará los controles fronterizos con Venezuela.
Brasil descartó el cierre de la frontera y planea trasladar a los venezolanos a otras ciudades en el interior, donde puedan encontrar trabajo y establecerse.
El ministro visitó una plaza en Boa Vista donde unos 300 venezolanos han estado durmiendo al aire libre.
Tres refugios operados con el apoyo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se llenaron rápidamente el año pasado, mientras que los venezolanos continúan llegando y no tienen dónde dormir o encontrar trabajo en un mercado laboral saturado.
Algunos expertos cifran en 150 mil el número de venezolanos que en 2016 abandonaron el país para escapar a la escasez de alimentos básicos, así como al aumento descontrolado de la inflación, por encima demil 700 por ciento el año pasado, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).