Por qué Belice tiene que ser tu próximo destino

El único país de habla inglesa de Centroamérica esconde playas de anuncio, arrecifes de coral, reservas de jaguares y cocodrilos

Belice es el único país de Centro- américa (está entre México y Gua temala) cuyo idioma oficial es el inglés. La razón: no se independizó de Reino Unido hasta 1981. Y la reina Isabel II sigue siendo la jefa de Estado «de derecho» y la que aparece estampada en los billetes (la moneda oficial es el dólar beliceño). Belice es también un paraíso caribeño de playas de postal, aguas turquesas y paisajes verdes donde todavía no saben (dato más que considerable para apuntarlo en la lista de próximos destinos a descubrir) lo que significa el turismo de masas.

El 60% de la superficie terrestre de Belice es selva. Y virgen, para más señas. Junto a las idílicas playas de aguas turquesas es el reclamo más buscado por los viajeros, que pueden practicar kayak, realizar safaris en hidrodeslizador, practicar tirolina, flotar sobre un donut hinchable gigante surcando ríos subterráneos, sumergirse en cuevas de crital…

Belice también acoge la segunda barrera de coral del mundo tras la de Australia, lo que lo convierte en una de las mecas del submarinismo o del snorkel para los no que sean tan expertos en estas lides acuáticas. Charles Darwin dijo en 1842 que éste era el «arrecife más extraordinario de las Islas Occidentales».

El más grande de los cayos con los que cuenta el país es el de San Pedro, famoso porque Madonna le dedicó su archiconocida canción ‘La isla bonita’ de los años 80.

Antes de pertenecer al dominio inglés e incluso español (formó parte la Capitanía General de Guatemala en tiempos de la colonia), Belice también se incluyó dentro del imperio maya. De hecho, el nombre del país viene de aquella época. En concreto debelix, que significaba agua fangosa en maya y que hacía referencia al caudal del río Belice.

Entre los restos arqueológicos de origen maya del país caribeño destacan los de la histórica ciudad de Altún Ha (significa Estanque de las Piedras) y los de Xunantunich, en la frontera con Guatemala. De estos últimos, destaca el templo conocido como El Castillo (en la imagen), desde donde se divisan los bosques tropicales.

La naturaleza casi virgen de Belice permite que decenas de especies animales pululen por su territorio en su hábitat natural. Desde jaguares a tapires, pumas o cocodrilos, como este de aquí arriba, fotografiado en Sittee River, uno de los ríos famosos en el país por sus descomunales manglares. El tipo de reptil que se estila por aquí es el mexicano o de Morelet, de pequeño (o medio) tamaño.
No sólo de cocodrilos vive Belice (cuidado con ellos, por cierto, que los guías no paran de repetir que más de un turista ha muerto devorado por alguno). Entre los parques ecológicos y los manglares es posible atisbar todo tipo de anfibios, loros, aves zancudas, garzas de pico de bota o coatíes, una simpática criatura prima hermana del mapache.

Seguimos tras la huella del reino animal de Belice hasta dar con manatíes, en peligro de extinción, fotogénicos tucanes (imagen) e incluso monos aulladores. De hecho, una de las excursiones más recomendadas incluye la visita a un santuario de babuinos (es el nombre criollo que dan a los primates por estos lares). El de Community Baboon Sanctuary fue fundado en 1985 y acoge más de 2.000 monos aulladores negros y dorados.

Otro dato curioso: uno de los componentes del famoso perfume de Chanel Nº 5, el mismo con el que se rociaba desnuda Marilyn Monroe justo antes de acostarse, es la flor del árbol ylang-ylang, también conocido como cananga y que puede llegar a alcanzar los 20 metros de altura. Belice es uno de sus hábitats naturales.
La costa de este país tropical de apenas 300 kilómetros de largo por 120 de ancho está salpicada de paradisiacos cayos en los que relajarse, tomar el sol o practicar deportes náuticos. Son algunas de las opciones que dan los cruceros que surcan las aguas del Caribe y que tienen en Belice City una de sus escalas preferidas.
Belice se caracteriza por una enorme diversidad cultural integrada por criollos, descendientes de los esclavos del Continente Negro que trajeron a América a partir del siglo XVI, garífunas (indígenas resultado de la mezcla entre africanos y caribeños), mestizos, indios, chinos… Todos participan en celebraciones como la del Día de la Independencia (21 de septiembre) en coloridos desfiles por el país.

Aunque la mayor parte de los 380.000 habitantes de Belice son criollos y de color, el país también tiene alrededor de 5.000 menonitas o amish de origen ruso. Es la cifra oficial, pero se calcula que en realidad podría multiplicarse, al no estar todos documentados. La familia Noofill, en la imagen, fue fotografiada en Spanish Lookout, una comunidad del distrito de Cayo.

En días señalados como el de la Independencia de Reino Unido se organizan desfiles a caballo y celebraciones por todo el país, ya sea en la capital (Belmopán, que no Belice City) o poblaciones como Santa Elena. Aquí está la llamada Zona Libre, un área de venta de productos exentos de impuestos que suelen frecuentar los viajeros.