En su sorprendente cóctel de lujo, gla mour y acento latino está el secreto del éxito de Miami. No siempre fue así, parece mentira que esta ciudad estadounidense que fuera lugar pantanoso se convirtiera por arte de magia en uno de los principales destinos turísticos de Estados Unidos; y su puerto, el que alberga el mayor volumen de cruceros del mundo. Cosas del marketing. Y como tal, su ambiente desenfadado tanto atrajo la atención que ahí que desembarcaron un buen número de celebrities: Enrique Iglesias, Shakira, Paulina Rubio, Ricky Martin… Pero, ¿qué es lo que no hay que perderse en ella?
LAS PLAYAS DE OCEAN DRIVE
Conviene empezar por el principio. Y lo primero en Miami son las playas de South Beach, lo que la mayoría llega buscando para disfrutar de una jornada de sol y mar.
Se encuentran ubicadas a lo largo de Ocean Drive, la calle más animada para salir de fiesta o a cenar a una terraza, pero a cualquier hora del día es un hervidero de gente. Aunque la playa de South Beach, en la isla de Miami Beach (unida a la zona continental de Miami por carreteras elevadas), es la que más suena, también están las de Bill Baggs, Crandon Park, Haulover Beach, la escondida Matheson Hammock Park Beach, Oleta River State Park –que es más parque y menos playa– y Sunny Isles.
UN TOUR ENTRE MANSIONES DE ENSUEÑO
Si lo que se quiere es ver dónde viven las celebrities lo mejor será subirse a uno de esos barcos que hacen el Millonaire’s Row y parten de Bayside, el antiguo puerto de Miami, donde atracan los yates y se asoman los rascacielos del Downtown, el centro financiero de esta moderna ciudad volcana al mar.
Los tours –que proponen empresas como Island Queen Cruises (islandqueencruises.com) y Biscayne Lady Yacht Charters (biscaynelady.com)– permiten admirar desde el agua las mansiones de ensueño que bordean el litoral de un puñado de pequeñas y exclusivas islas artificiales que se levantan en la Bahía Vizcaína, como Fisher Island, Star Island y las gemelas Palm Island y Hibiscus Island, refugio de muchos famosos y con propiedades exclusivas, marinas privadas y a las que solo se puede llegar con invitación en ferry o en helicóptero.
PASEO DE DISEÑO Y CON ESTILO
Miami es un lugar también para los que buscan las últimas tendencias artísticas, que puedes encontrar en exclusivas galerías de arte como Art Dade South. Pero para arte y diseño, nada como dar un paseo por el arte más kitsch recorriendo el Art Decó District de South Beach, que alberga en apenas 24 calles la única arquitectura de este estilo que queda en el país y la más importante del mundo y cuyo recorrido puede empezar por el extremo sur de Ocean Drive, entre las calles 6 y 7.
Otra buena opción es acercarse a Design District, un pequeño barrio a tres kilómetros al norte de Dowtown, repleto de salas de exposiciones, galerías de arte, boutiques y resetaurantes de lo más cool donde han encontrado un hueco creativos, arquitectos, diseñadores e interioristas de Miami.
LA PEQUEÑA HABANA, EL CORAZÓN LATINO
El mejor testimonio del corazón latino que palpita en Miami es este emblemático barrio conocido como La Pequeña Habana donde miles de exiliados cubanos encontraron su paraíso soñado. A lo largo de sus calles, especialmente de la Calle Ocho, todo recuerda a su Cuba, desde sus casas con mecedoras en el porche a la música de sus tiendas, los sabores de sus restaurantes, su vida callejera con acento latino o el aire perfumado de tabaco y buen café.
POR LOS CANALES DE CORAL GABLES
Little Havana es Cuba y Coral Gables lo más parecido a Venecia. Y es así por los canales de estilo veneciano que la surcan, a lo largo de los cuales se levantan infinidad de edificios y mansiones rodeadas de jardines y de clara inspiración mediterránea.
Es un barrio elegante y pudiente, con restaurantes, tiendas, cafés y la histórica Venetian Pool –una piscina de ensueño, repleta de cascadas y grutas– y el Biltmore (biltmorehotel.com/es), un gran hotel coronado por una torre que imita a la Giralda sevillana. Reminiscencias españolas también son Villa Vizcaya, un espléndido palacio rodeado de jardines situado en la bahía Biscayne, en el condado de Miami Dade, y el monasterio de San Bernardo de Claraval, un edificio románico construido en el siglo XII como parte de la abadía cisterciense de Santa María la Real, en el municipo segoviano de Sacramenia, y que fue desmontado pieza a pieza para ubicarlo en Miami.