El Barcelona «aplasta» al Betis

Con una superioridad incontestable en cuanto empezaron a fallar las fuerzas, el Barcelona liquidó el partido en el Villamarín y tres cuartos de Liga, aprovechando los tropiezos de segundo y tercero. Costó resolver el aprieto táctico propuesto por el Betis, pero cuando lo logró, con balones diagonales, hizo un destrozo y desató la tormenta perfecta.

Una mano de goles demoledora, con el valor añadido de no conceder ni una sola ocasión clara de los verdiblancos.Y eso que no se puede negar el sello propio que tiene el Betis. Se plantó ante el líder jugando siempre desde atrás y tirando la línea del fuera de juego lejísimos, compactando el equipo en 30 metros como máximo. Presión individual, flotando a Ter Stegen para que jugara largo.

Una apuesta exigente, con Javi García entre los centrales y la gestión de la bola para Guardado y Fabián, exquisito. Así hasta que André Gomes vio una amarilla y Valverde reordenó líneas. La vía era la espalda de Francis, sacándole de sitio y filtrando a Jordi Alba. Llegó la primera vez, con un centro a Suárez bien blocado por Adán, y se abrió la puerta del ataque azulgrana. La apuesta por Sergi Roberto como interior liberó al de Reus, que rompió por potencia. Activó a Suárez que filtró para Messi y el 10 remató al lateral de la red. La intensa partida táctica tuvo un damnificado claro.

Después de 12 partidos consecutivos, los músculos de Vermaelen se tensaron en una carrera hasta romperse. Sobre la misma zona donde se rompió Umtiti, el belga dejó el campo en plena refriega, con los marcajes echando chispas ante la impasible mirada del colegiado. Mención especial para el duelo entre Francis y Alba, de alto voltaje. Mucha cera y pocos remates, con los porteros más activos con los pies que con los guantes.

Cosas del fútbol moderno. Para los técnicos una exquisitez, para el público un pestiño.

Recuperado el resuello en el vestuario durante el descanso, el Betis recuperó el plan inicial y se lanzó otra vez a la presión en campo contrario, aunque ya faltaban piernas. Fabián lo intentó desde la izquierda, con una croqueta y un remate controlado por Ter Stegen. Pero en ese cuerpo a cuerpo tan arriesgado fue el de Los Palacios quien pagó la cuenta.

Se retrasó respecto a Rakitic y el croata explotó por la izquierda, habilitado con un gran pase de Suárez. Finalización por bajo con la zurda. El primero destapó el corcho y, al tiempo que explotó el Barça, se hundió el Betis. En cuestión de diez minutos cayeron otros dos tantos aprovechando los errores en la salida bética y el excelente nivel azulgrana. Busquets recuperó un balón y metió para Messi, habilitado por un retrasado Feddal. Faena sencilla.

En el siguiente, Rakitic disfrutó del carril derecho para recibir y templar. Suárez voleó a la red. La ferocidad con que acudieron los azulgranas a la presión desveló la intención del líder: ganar y golear.

El Betis desapareció del verde, borrado del mapa por un vendaval que muestra también el excelente nivel físico del equipo culé.

Messi sacó piernas de donde parecía no haberlas y fabricó el cuarto, después de una recuperación de Sergi Roberto. Una exhibición de clase y precisión, como en una jugada sobre su cobertura que levantó la admiración del público.

Al 10 aún le dio para tirar otra diagonal y servir el quinto a Suárez, que remató a la escuadra.