¡Javier Fernández es histórico! Sexto oro europeo consecutivo

Javier Fernández escribió un nuevo capítulo  del Quijote, en él conquista Moscú, la ciudad del hielo. Vestido del Hombre de la Mancha, el madrileño ganó su sexto oro europeo consecutivo, una hazaña que empezó en Zagreb 2013 y que se remata en la capital rusa, donde Superjavi se convirtió en el primer patinador en 82 años que suma seis títulos continentales seguidos después de que el austríaco Karl Schafer (se llevó ocho) lo hiciera en 1936.

Nunca nadie repitió algo así, hasta que llegó el fenómeno imposible español.Sonó el tema del musical de Mitch Leigh sobre el Hidalgo de la Mancha y Javi, con camisa de época, irrumpió con una sonrisa en el hielo del Megasport Arena moscovita, lleno. Plushenko, el mito del patinaje ruso, miraba atento el espectáculo de su sucesor natural en el panorama europeo.

El de Cuatro Vientos no hizo el programa largo perfecto, pero más que suficiente para ser campeón. Comenzó finísimo, clavando el cuádruple toe loop y el cuádruple salchow combinado con triple toe. Con esa base sólida hecha, después su show tuvo un par de fisuras al tocar la mano en el suelo y otro traspié que le impidió hacer el tercero de sus saltos cuádruples. Se descentró un poco, aunque su Quijote es buenísimo a nivel estético. «El carisma es algo que se tiene natural, no se trabaja», dice.

El veredicto fue 191.73: 96.59 de parte técnica y 95.11 de componentes (10 puntos más que cualquier adversario). La mejor actuación extendida de todas… y con mucho margen de mejora.Eso añadido, a los 103.82 del programa corto dejó en 295.55, uno de sus marcadores más altos.

Su entrenador Brian Orser estaba feliz. Desde hace seis años hasta ahora, no hay ningún patinador en Europa que pueda hacer sombra a Javier Fernández, pese a que Dmitri Aliev, un ruso de 18 años, se marcó un brillante programa para cazar la plata (274.06). Es el futuro, pero Javi, es el presente. Otro local, Kolyada, se llevó el bronce.

Una vez más, la fructífera y numerosa escuela de Rusia sucumbió ante el talento de generación espontánea de España, que dejó su casa siendo un adolescente para convertirse en el mejor patinador del mundo.Aparte de su colosal éxito, Javi, con 26 años, se reconcilia así con Moscú, esa ciudad helada. Allí pasó sus peores momentos “de soledad” cuando vivió allí en una fría residencia buscando hacerse un nombre en el mundo del patinaje. Después vino la luz y la alegría cuando se trasladó a Canadá con Brian Orser.

Luego llegó el primer Europeo, su entrada en la élite, los oros mundiales, y ahora suma ya seis oros continentales seguidos, igualando con Willy Bockl como el cuarto con más títulos de todos los tiempos.