Maria Sharapova ha vuelto al Abierto de Australia para intentar ganarlo. Tras cumplir su sanción por dopaje y volver al circuito con altibajos por la inactividad. La rusa, campeón en el Grand Slam oceánico en 2008, ya está en tercera ronda tras eliminar a la favorita número 14 del torneo, Anastasija Sevastova por 6-1 y 7-6 (4) con un primer set prácticamente perfecto: 12 golpes ganadores, 2 aces, 10/10 en primeros servicios, 6/8 en segundos y 2/2 en bolas de break. Podría decirse que fue una venganza, porque la letona la apeó del último US Open.
Desde lo más profundo del ranking, Maria ha ido subiendo hasta el número 41 que ya ocupa virtualmente y por eso se enfrenta a jugadores top, como podría ser el caso de Angelique Kerber si la alemana gana después a la croata Donna Vekic. Las sensaciones que transmite son buenas, pero habrá que ver una vez más si el físico le sigue respondiendo con el paso de los días y de los partidos. Los mecanismos los ha recuperado, y aunque no practica su mejor tenis, tiene experiencia y clase suficiente para avanzar.
En el segundo set no estuvo imperial, como en el primero, pero supo sufrir el calor ascendente y la presión de Sevastova para resolver en la muerte súbita y evitarse una tercera manga que la hubiera desgastado. Al final sumó 30 winners, 25 más que su rival, buen dato. Aunque cometió también 30 errores no forzados. Juega con riesgo, no le queda otra.
Y se la ve feliz: «Pensaba que me iba a tocar jugar tres sets otra vez… Estoy muy contenta de haber podido pasar en unas condiciones de calor como las de hoy. Me motiva mucho volver a ganar aquí, en esta pista donde tenistas tan importantes han levantado el trofeo que yo recogí una vez».