En el tema de la marihuana… ¡¿A ver a qué horas?!

Hace ya varios meses publiqué una columna con el título de “Ahora sí ya no entiendo nada”, a propósito de la aprobación del uso recreativo de la mariguana en algún estado de la Unión Americana, mientras que en México se recrudecía aquello que Felipe Calderón llamó la guerra contra las drogas. Y tiempo después, escribí otra que se llamaba “Los pachecos y los guerreros”, en la cual analizaba la situación prevaleciente respecto al elevado consumo de cualquier tipo de droga por un importante porcentaje de la población del país vecino (los pachecos), mientras que en México seguían generándose miles y miles de muertos como resultado del combate al narcotráfico (los guerreros).

En pocas palabras, me refería yo a esa situación absurda en donde se persigue en México a quienes cultiva, distribuyen y consumen la droga, mientras en aquel país se consume crecientemente. Y me preguntaba qué pasa una vez que la droga cruza la frontera y abastece a las localidades más alejadas de México. Decía que me llamaba la atención no ver cotidianamente detenciones, redadas o confiscaciones, de la misma forma que las vemos en México. Nosotros ponemos la droga y los muertos, y ellos ponen los consumidores y las armas que matan a los nuestros.

Pues bien, motivado por las noticias que venimos leyendo desde hace algunas semanas, retomo el tema. Por una parte, leo que California empezó a permitir la venta de marihuana para fines recreacionales el lunes de la semana pasada, sumándose así a Alaska, Colorado, Nevada, Oregon, Maine, Massachussetts, Washington D. C. y Washington como estados que han despenalizado la mariguana con estos fines. En total, 29 estados y el distrito de Columbia la han legalizado para usos medicinales, mientras sigue siendo ilegal bajo la ley federal. Las características de estas leyes incluyen licencias de venta, auto cultivo de 6 plantas, portación legal de una onza, edad mínima de 21 años, y prohibición en parques, negocios y propiedad federal.

Y leo también acerca de las decenas de homicidios por semana que se presentan en nuestro país, atribuidos, en su mayoría al narcotráfico y a su combate. Por una parte, debidos a las pugnas entre carteles y, por otra, como represión del delito por parte de las policías. Baste señalar que entre enero y noviembre de 2017, se registraron en el país 23,101 homicidios dolosos, por lo que la tendencia podría superar a 2016 como el año con más víctimas de homicidio desde hace 20 años. Los estados con más homicidios fueron Guerrero (2,114), Baja California (1,915) y Veracruz, (1,520), dónde ocurren hasta 192 asesinatos por mes.

No es la primera vez que observamos la forma en que una prohibición o proscripción produce efectos perversos al multiplicar por varias veces los precios de los productos proscritos, aumentando sensiblemente los márgenes de ganancias de quienes violan la ley y se dedican a la distribución de dichos productos. Baste recordar los tiempos de la prohibición del alcohol en los EUA y los casos de grandes capos como Al Capone que controlaban buena parte del mercado negro de las bebidas alcohólicas.

Vale la pena repasar algunos datos sobre lo que significa el consumo y el negocio de las drogas para poder dimensionar aquello de lo que estamos hablando.

Las estadísticas muestran que al menos alrededor de 94 millones de americanos han probado la marihuana en algún punto de sus vidas (40% de la población de 12 años o más). Cerca de 25 millones son fumadores activos, consumiendo alrededor de 31 millones de libras anualmente. Mientras que, en México, la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016 de la Secretaría de Salud señala que 8.6% de los adultos entre 18 y 65 años han probado por lo menos una vez cannabis.

Un estudio hecho en 2007 Lost Taxes and Other Costs of Marijuana Laws encontró que la industria de la marihuana en EUA es un negocio de 113 miles de millones de dólares anuales, el cual le cuesta a aquellos que pagan impuestos cerca de 31.1 miles de millones de dólares dada su criminalización. Tan sólo en 2010 más de 850,000 personas fueron arrestadas por ofensas relacionadas a la marihuana en EUA.  Sin embargo, la legalización de la marihuana para usos medicinales ha traído beneficios económicos importantes para los estados que la despenalizaron; en 2011 tan sólo el condado de Oakland en CA obtuvo ingresos por 1.4 millones de dólares al despenalizarla, lo cual representó 3% de los impuestos que recauda esta ciudad, mientras que Colorado recaudó 5 millones y Oregon 6.7 millones, los cuales serán usados en programas de salud.

En 2014, Colorado recaudó 76 millones de dólares de la venta de marihuana, este mercado representó 700 millones de dólares, dinero que antes era canalizado al mercado negro. En este respecto, el estado autorizó en ese año 16,000 licencias para empleados nuevos trabajando en el sector. Aunado a esto, los juicios por posesión bajaron drásticamente entre 2012 y 2015 un 80%, por cultivo 94% y por distribución 98%.

El proyecto de más de 300 economistas (entre ellos 3 premios Nobel) para empujar en favor de la legalización de la marihuana destacó la investigación de Jeffrey Miron, académico de Harvard, los cuales sugieren que si el gobierno de EUA despenalizara el cannabis se podría ahorrar cerca de 7.7 mil millones de dólares al año simplemente de no tener que perseguir los delitos relacionados. Y al mismo tiempo, podría recaudar hasta 6 mil millones de dólares al año en impuestos de su venta.

Y nosotros nos empeñamos en perseguir y criminalizar el consumo de la mariguana. Si en aquel entonces desesperadamente declaraba que ya no entiendo nada…ahora entiendo menos y me pregunto, como suele hacerse popularmente, ¿a ver a qué horas tomamos el toro por los cuernos, insertándonos en la realidad internacional y lo que hoy es un cáncer, lo convertimos en una actividad rentable, legal y productiva?