Restauración de murales, en la incertidumbre

Casi una semana después de ocurrido  el hurto y el incendio, los responsables de la Biblioteca Iberoamericana comienzan a recontar los daños, desde la pérdida de libros hasta las afectaciones en su infraestructura.

En entrevista, Luz Elena Martínez, administradora general del recinto, señala que aún no hay certeza de lo que servirá después del incidente.
“Estamos iniciando el inventario, ya nos dieron luz verde para sacar todo lo achicharrado e intentar identificarlo y hacer lo que nos indique la oficina del abogado general de la Universidad, que no ha dado la orden de que nada se puede tirar, porque son evidencias que servirán a la aseguradora».

Asegura que en pérdida material, los daños ascenderían a 750 mil pesos, sólo en libros nuevos: “La compra de FIL de 450 mil pesos estaba en una bodega, en donde entraron los bomberos y mojaron todo; también había parte de lo que compramos en el año, yo estimo que ahí habría unos 750 mil pesos en libros que estaban en espera de ser procesados.

Nos hace falta ver qué tanto daño tienen. Se quemó el escáner del área de invidentes, se quemó el conmutador, el servidor de la biblioteca con el que se consulta el catálogo y el préstamo externo, se quemó toda la instalación de las cámaras: hay daños considerables que todavía no estimamos”.
Murales, con daños y sin catalogación patrimonial

Ante el señalamiento de posibles daños en los murales centrales de la Biblioteca, Luz Elena Martínez, puntualiza: “Toda la nave central tiene estos murales.
Los murales son de Amado de la Cueva y David Alfaro Siqueiros, esos no sufrieron daños, excepto el hollín del incendio, pero con una limpieza quedarían perfectos. Se dañaron los murales del Olimpo House, que son  murales hechos por Guerrero Galván y Parres Arias, son murales inconclusos de 1925; incluso esos murales, me decía una persona del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que no han sido declarados como patrimonio. Una parte de esos murales se dañaron”.La administradora señala que el daño aún no se cuantifica debido a la falta de electricidad en el recinto. “Ahorita, sin la luz necesaria, se ven unas marcas, unas grietas, aunque faltaría una evaluación más minuciosas.

No sé quién la tenga que hacer, porque como no están declarados patrimonio artístico de la nación, ni al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) ni al INAH le corresponde”. Y menciona  que desconocen el  camino burocrático pata obtener los recursos: “Apenas se vino a observar para hacer un peritaje, lo hace un restaurador del INAH. Opina que no hay un daño considerable, pero no sabemos quién lo haría ni de dónde saldrían los recursos para hacerlo, estamos en la etapa del diagnóstico de daños”.