Mantén a raya la báscula estas fiestas: Especialistas

En la gran mayoría de comidas navideñas no faltan los alimentos como los romeritos, la pierna o el pavo, los dulces tradicionales, ni tampoco el alcohol. Las profesoras de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Alicia Aguilar y Marta Massip-Salcedo, desaconsejan seguir una dieta hipocalórica los días previos o posteriores a las fiestas y son partidarias de la dieta mediterránea, con el consumo de cinco raciones de fruta y verdura diarias. Las dos profesionales dan algunos consejos para que la báscula no se dispare demasiado estos días y el cuerpo no se resienta de los excesos.

  1. No saltarse comidas. Después de comidas abundantes, como la cena de Nochebuena o la comida del día de Navidad, no es bueno saltarse las comidas que las siguen. Una opción es hacer una cena o una comida ligera con ensalada o verduras hervidas, unos huevos duros o pescado a la plancha.
  2. Evitar restringir grupos de alimentos o hacer dieta unos días antes de empezar las fiestas. “Con ello se conseguirá el efecto contrario y, cuando vengan las comidas fuertes, tendremos mucho más apetito y comeremos más de lo que lo haríamos en condiciones normales” explica Aguilar. Seguir una dieta equilibrada, con los criterios de la dieta mediterránea, es la mejor garantía para evitarlo.
  3. Tener cuidado con los dulces. La profesora Massip-Salcedo de la UOC deja claro que si se abusa de los dulces, aunque se haya comido mucho, enseguida se vuelve a tener hambre. La explicación la encontramos en el páncreas. La profesora explica que “cuando comes muchos dulces, aumentan los niveles de glucosa en la sangre, y entonces el páncreas segrega mucha insulina para recoger esta glucosa, que si llegara a niveles muy altos sería peligrosa, y la almacena. Como ha habido una liberación masiva de insulina, el cuerpo detecta que le falta más azúcar para volver a los niveles normales y te dice: vuelve a comer. Y esto acaba siendo un círculo vicioso”.
  4. Alerta con las botanas grasas. Los quesos, las frituras o las carnes frías se pueden sustituir por otros alimentos menos calóricos.
  5. Elegir entre botana y postre. Si se abusa de las botanas hay que poner límites a los postres. En cambio, si no come mucho antes de la comida, se puede disfrutar un poco más de los postres dulces.
  6. El alcohol, un triple peligro. Más allá del peligro al volante y de los efectos nocivos que tiene para la salud, el alcohol aporta muchas calorías, especialmente los licores de alta graduación, como el vino, el tequila o el ron. No habría que superar dos o tres copas de vino por comida.
  7. La Navidad no dura quince días. Entre el 24 de diciembre y el 6 de enero, tienen lugar como máximo seis celebraciones en las que las comidas pueden ser más abundantes. El resto de días, hay que comer con normalidad, priorizando una alimentación más vegetal que incluya cinco ingestas de fruta o verdura al día, frijoles, arroz o pasta, huevos, pollo o pescado. Estos días en los que se come de forma más ligera se puede tomar alguna porción de postre sin tener remordimientos.
  8. Escucha al cuerpo. Tener una mala digestión, sentirse pesado, notarse un poco bajo de ánimo si se ha abusado de los dulces, tener necesidad de desabrocharse el botón del pantalón o tener la sensación de llegar forzado a la siguiente comida son síntomas que pueden indicar que se ha comido demasiado.
  9. Más ingesta, más movimiento. Realizar un poco de actividad física incrementará el gasto energético. El ejercicio después de comidas abundantes, aunque sea pasear, puede ayudar al cuerpo a restablecer el peso que se tenía antes de las fiestas. Andar, bailar o jugar videojuegos con movimiento pueden ser opciones alternativas adecuadas a los juegos de mesa sentados.
  10. Proponerse adquirir nuevos hábitos saludables. El cambio de año es una buena época para hacerse nuevos propósitos, tales como seguir una alimentación más vegetal o realizar más actividad física.