Muchos quieren quedarse a vivir en San Crisanto, un pueblo en el Caribe de Yucatán

Completamente alejado del ruido ge nerado por la de la urbe, de vendedo res y la aglomeración de los turistas; podemos encontrar el pueblo de San Crisanto. Fundada como una villa de pescadores, (con no más de 600 habitantes) San Crisanto destaca  por la amabilidad y alegría de sus pobladores y la belleza de sus cenotes y playas, prácticamente vírgenes.

El pueblo de San Crisanto se localiza aproximadamente a 51 km de Puerto Progreso, Yucatán. Para poder llegar es necesario tomar la carretera que va hacia Mérida-Progreso y desviarse por mano derecha justo antes de llegar a la gasolinera. Siguiendo hasta Uaymitun, para después pasar el puerto de Telchac y enseguida encontrar el pueblo de San Crisanto.

San Crisanto se convirtió en una zona eco turística gracias a un grupo de habitante, que decidió aprovechar los recursos naturales del lugar (por lo tanto es un lugar donde los recursos del turismo van directamente a la población y donde se conserva la naturaleza). Los pobladores se sorprenden cuando decenas de sus visitantes, de verdad piensan seriamente en irse a vivir a este lugar.

El pueblo cuenta con más de 3 km de hermosas playas frente a un mar tranquilo, con tonalidades verde-azul, ojos de agua, fauna endémica, manglares y preciosos cenotes. Como dato curioso el cenote más visitado es Dzonot-Tzik o Cenote Bravo, por tener el agua muy cristalina.

El servicio ecotusrístico más popular es el recorrido entre cenotes y ojos de agua, que se realiza en lanchas y con un guía en cada una para explicar el recorrido, el tipo de fauna y el cuidado de la zona; para no dañar el ecosistema.

Entre los animales que podrás ver en San Crisanto se encuentran alrededor de 137 especies como: garzas, pájaros carpinteros, mapaches, osos hormigueros,  peces de agua dulce (bagres), tortugas y pequeños lagartos.

El precio del recorrido en San Crisanto es barato, de 50 pesos por persona. El dinero recolectado es utilizado dentro de la comunidad para los trabajos de rehabilitación de la zona. Otra razón para quedarse en el pueblo de San Crisanto son sus chozas ecológicas conocidas como Kanab-Nah o Casas del Mar, construidas con el estilo de las antiguas viviendas mayas; ubicadas a la orilla del mar.

Cabe apuntar que este 2017 es el año del Año Internacional para el Turismo Sostenible para el Desarrollo, y cada vez más, es urgente apoyar las comunidades que pueden beneficiarse de sus tierras, generando, además, el cuidado a la naturaleza. Sin duda San Crisanto es una excelente opción para pasar unas hermosas vacaciones.