San Pedro Mártir, donde las estrellas hablan

Anualmente en México, podemos presenciar un evento astronómico, popularmente conocido como “lágrimas de San Lorenzo”. Entre finales de julio y principios de agosto, durante un par de noches, una lluvia de estrellas ilumina los cielos mexicanos, algunos ubicados en zonas privilegiadas, pues sus condiciones geográficas permiten la nítida observación de fenómenos como este.

Destaca, entre ellas, el Parque Nacional de la sierra de San Pedro Mártir. Ubicada en Ensenada, Baja California, es el punto más alto de la península —a 3096 metros sobre el nivel del mar — y desde 1971 alberga al Observatorio Astronómico Nacional.

La altitud y lo lejos que está de otros poblados y de la contaminación lumínica, además de su clima relativamente seco y frío –sin muchas nubes, pero tampoco con exceso de polvo en el ambiente–, hacen del área un lugar ideal para observar el cielo nocturno y, con la tecnología apropiada,  explosiones de supernova, colisiones de agujeros negros o la fusión de estrellas de neutrones.

El Observatorio está dirigido por el Instituto de Astronomía de la UNAM, que colabora con agencias como la NASA para tratar de entender mejor cómo se estructura el cosmos. Además, es un espacio abierto a cualquier interesado en observar a detalle diversos fenómenos del universo que lo circunda: este increíble lugar, abre sus puertas, gratuitamente, a quien desee vivir las maravillosa experiencia de acercarse a las estrellas.

 Observando energía en movimiento

Uno de sus más recientes proyectos es un telescopio que, en palabras de sus desarrolladores, “permite ver los fenómenos astrofísicos «más energéticos» del universo”. Esto quiere decir que el telescopio nos revela fenómenos en donde se transforman grandes cantidades de energía física; por ejemplo las “ondas gravitacionales”, que son perturbaciones que ocurren en el espacio-tiempo, cuando grandes cantidades de materia, en forma de estrellas o agujeros negros, se mueven rápidamente y se fusionan entre ellas.

Para poder conceptualizar y entender eventos como este tenemos que ampliar nuestras percepciones y replantear lo que ya sabíamos. Preguntarnos sobre el universo y sus fenómenos hace que pongamos en duda nuestra comprensión práctica y material de lo real: al preguntarnos sobre el universo, nos ponemos en cuestión a nosotros mismos.

Preguntarse por el mundo es preguntar por uno mismo

Es curioso, en ese sentido, saber que San Pedro Mártir — el santo, no la sierra— murió, de alguna manera, porque nunca se cuestionó a sí mismo.

San Pedro practicaba y predicaba un cristianismo ortodoxo y fue asesinado por herejes que no estaban de acuerdo con él. Ahora, la sierra nombrada en su honor es un espacio en donde se nos invita a arriesgarnos a cuestionar la configuración de nuestra realidad.

¿Por qué volteamos a ver las estrellas? y ¿por qué queremos explicarlas? Tal vez, cuando logramos dar razón a los fenómenos del universo, estamos más cerca de poder encontrar sentido o significado para nosotros mismos. En San Pedro Mártir, más que en muchas otras partes, las estrellas se nos presentan desnudas y se disponen a ser cuestionadas. ¿Cómo nos aparecemos nosotros ante ellas?

Para visitar el Observatorio Astronómico Nacional

Además del observatorio astronómico, en San Pedro Mártir puedes realizar actividades como rapel, alpinismo, paseos a caballo, ciclismo de montaña y observación de flora y fauna. Es una zona boscosa, de clima frío, que en invierno alcanza temperaturas muy bajas, por lo que no te recomendamos visitar el parque durante esa temporada. El hospedaje consiste en cabañas y áreas de acampado, que son parte del mismo recinto y debes reservarlas con anticipación.

Recuerda que el acceso al observatorio es gratuito, pero el acceso al parque tiene un costo aproximado de 100 pesos por persona, que debe ser cubierto antes de llegar. Es conveniente organizar tu visita con las oficinas administrativas del observatorio o directamente con el Instituto de Astronomía que está en Ensenada. Además debes llevar provisiones, pues en el parque no hay venta de alimentos, bebidas o gasolina. No olvides llevar ropa cómoda y abrigadora para caminar en la montaña y soportar el frío.