Los buñuelos mexicanos: un crujiente saber navideño

Se dice que el origen de los buñuelos es árabe y que posiblemente surgieron en un pueblo de Málaga, Almogía. por el  año 1090, la comunidad estaba acorralada por parte de las tropas de Mohamed ben Abad Al Motamid.

Las provisiones escaseaban y no había leña para los hornos, así que a un panadero llamado Abdelaziz ben Drisi el Jabazún, se le ocurrió preparar unas tortitas a base de agua y harina y las subió a lo alto del castillo para freirlas en el aceite hirviendo de los calderos que usaban los soldados para arrojar al enemigo. Y esos fueron los primeros buñuelos de la historia, aunque hay otras teorías que atribuyen un origen romano (por lo del pan dulce, como el de la leyenda de Cerbero) e incluso francés a este dulce. (consultado en www.botin.es)

Con el paso del tiempo, y adaptándose a los lugares donde llegaba la receta ha cambiado y tomó más importancia en España, donde en distintas regiones la adaptaron tanto para la vida cotidiana como para las festividades más importantes. Y al llegar al continente americano mediante la conquista cambió todavía más.  En los estados del sureste de México aún se conservan buñuelos muy similares a los europeos. En Veracruz, por ejemplo, se preparan con jaiba, piña, arroz o hervidos. En Oaxaca hay recetas de buñuelos con rábanos, camote y pasas.

Algunos recetarios del Siglo XVIII los describen rellenos de arroz, otros incluyen entre sus ingredientes pulque o leche y son parecidos a los «buñuelos de viento», los cuales son una receta española que tienen una enorme burbuja en su interior, la cual se rellena con nata.

En el convento de San Jerónimo, Sor Juana Inés de la Cruz hizo, en el Siglo XVII una transcripción de recetas tomadas del libro de cocina del  Claustro, entre éstas figuraban los famosos buñuelos de viento. Entre otros conventos, fundados desde aquella época, que se distinguieron por sus especialidades en panecillos y bizcochos, está el convento de San José de Gracia, donde preparaban los buñuelotes fritos y crujientes bañados con miel y azúcar.

El recetario de Sor Juana Inés de la Cruz aparecen tres  recetas con el nombre de «Pañuelos» o «Puñuelos»  porque a que la masa se aplasta con los nudillos y al estirarse queda como una tela fina (similar a los pañuelos) y parece que esa esla forma que más se extendió y que ahora se conoce como «buñuelo mexicano».

Las recetas de buñuelos se vienen encontrando en España desde el siglo XVI, han tenido y tienen una gran tradición gastronómica en nuestro país. Nos encantan los buñuelos y todas sus variedades, a cual más sabrosa. Son una delicia crujiente y dorada, si no has elaborado nunca buñuelos de manzana, te recomendamos que pruebes esta receta, será una delicia.

Los ingredientes

3 manzanas rojas, 2 huevos, el zumo de un limón, 1 vaso de aceite de oliva, 1 vaso de leche, 200 gramos de harina, 70 gramos de azúcar, 1 cucharada de azúcar glass y sal.

La preparación

Separa las yemas de las claras, reserva estas últimas y bate las yemas en un bol junto al azúcar, la harina, una pizca de sal y la leche hasta que consigas una pasta homogénea, a continuación, deja el bol en la nevera durante media hora.

Sin pelar las manzanas, córtalas en rodajas de un centímetro aproximadamente habiéndole retirado el corazón y riégalas con el zumo de limón para que no se ennegrezcan. Ahora monta las claras a punto de nieve y añadela a la pasta que preparaste antes.

Remueve la masa con delicadeza, de arriba abajo. Sumerge las rodajas de manzana en esta pasta y ya puedes empezar a freírlas en una sartén con aceite muy caliente. Pon los buñuelos en los platos y espolvoréales el azúcar glass.

Estos buñuelos los puedes acompañar como quieras, con chocolate, con natillas o solos.